La noche del viernes, el presidente Martín Vizcarra, en vaqueros y con banda presidencial en el pecho, tomó juramento sorpresivamente a un nuevo ministro de Interior. El primer ministro, Vicente Zeballos, prefirió no hacer explícitos los motivos del cambio cuando le preguntaron minutos después en un programa de televisión, pero en 38 días de la emergencia por la covid-19 en Perú han fallecido once policías y 1.300 están infectados. Además, el miércoles y jueves, decenas de agentes hicieron cola todo el día afuera de un hospital de la sanidad policial a la espera de pruebas rápidas de diagnóstico del virus, sin ser atendidos. Todo ello, mientras se acumulan denuncias de la Contraloría por compras sobrevaloradas, del sector Interior, en equipos de bioseguridad para afrontar la emergencia.
Zeballos refirió que las razones de la renuncia fueron personales, pero añadió que no podían “negar la realidad”. “El exministro puso de manifiesto los esfuerzos que hace el Ministerio del Interior para darles una mayor cobertura a los policías. Ya se han tomado pruebas de descarte a 24.000 policías y con estas 21.000 nuevas pruebas que han llegado se les tomarán en los próximos días. Con su presupuesto el sector ha adquirido 80.000 pruebas moleculares y otras 120.000 pruebas rápidas están por llegar”, señaló el primer ministro la noche del viernes.
Este sábado, el contralor Nelson Shack refirió a una radioemisora que en las últimas semanas recibieron denuncias de malos procesos de contratación y adquisición de material de bioseguridad “con algunas irregularidades”, hechas por la Policía Nacional. Y dijo que también han confirmado la “penosa situación que atraviesan los policías en su atención de salud en sus hospitales”.Desde el 18 de marzo, para evitar la expansión del virus, Perú vive en cuarentena y en toque de queda: durante las primeras semanas, la prohibición de circular era de 12 horas diarias, y actualmente es de diez horas, de 6 de la tarde a 4 de la mañana. En ese contexto, la policía y las fuerzas armadas están desplegadas todo el día en las calles en el país sudamericano, expuestas al contagio.
El exviceministro de Interior, Ricardo Valdés, comentó a EL PAÍS que los implementos que compraron Interior y la Policía Nacional son de “ínfimo nivel de bioseguridad: no protegen, por eso se han infectado”, explicó. Más aún, Valdés añade que no solo compraron las mascarillas más baratas, sino que “un sistema corrupto y de impunidad en las adquisiciones” las compró a precio más caro. El exfuncionario describe que en los últimos 20 días había un ambiente de desmoralización en el cuerpo policial, porque los jefes habían lucrado en desprotección de la vida. “Esto deprimió a los suboficiales y generó un efecto de brazos caídos, los familiares de los policías les decían no vayas a trabajar, si estás enfermo y no te cuidan”. El exviceministro calcula que las compras cuestionadas en el sector ascienden a 19 millones de dólares. La esposa de un policía que lleva una semana con síntomas de la covid-19, y sin poder realizarse la prueba de diagnóstico, dijo a El PAÍS: “Esas malas autoridades cometen abusos en contra los suboficiales y no se pueden quejar porque los sancionan”.
Tensiones internas
Valdés añadió que el Ejecutivo cree que ha habido un mal desempeño de las fuerzas del orden en el “control territorial” durante la emergencia, es decir, la vigilancia del distanciamiento social en los puntos de aglomeración como los mercados y los lugares donde pernoctan, por segunda semana, miles de desplazados que ha dejado la pandemia. Casi 168.000 peruanos quieren retornar a sus regiones de origen, la mayoría de ellos desde Lima, informó el jueves el primer ministro Zeballos.
Dicha cifra es el total de ciudadanos que se han registrado en los padrones elaborados por los Gobiernos regionales para transporte humanitario excepcional, ya que el transporte interprovincial de pasajeros está prohibido desde el 16 de marzo. “La policía no va a contener a los caminantes. Ellos dicen, si mi comando no me cuida, no me voy a exponer”, opina Valdés, acerca del control de los cientos de desplazados, que han quedado sin trabajo ni sustento en las ciudades, que avanzan por carreteras y caminos durante la emergencia sanitaria.
El nuevo ministro de Interior, Gastón Rodríguez, tuvo como primera actividad este sábado una visita a una dependencia policial donde falleció un brigadier. “Es preocupación del presidente y del sector Interior que aquellos que cumplen función en la primera línea lo hagan dotados de los implementos necesarios y que lleguen en forma oportuna”, manifestó. El general de la Policía Nacional Rodríguez estaba convocado el jueves para asumir como nuevo director de esa institución. Sin embargo, cuando el presidente Vizcarra quiso nombrarlo, encontró que el ministro Morán aprobó en mayo de 2019 un decreto que favorecía a policías que pertenecieron a su mismo cuerpo (la policía de investigaciones criminales) para que ocuparan los cuatro cargos más importantes. Según la interpretación de Valdés, para lo que queda de la emergencia sanitaria, el Ejecutivo busca una autoridad que conozca las comisarías, y ese es el perfil en el que calza Rodríguez.
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