Sánchez e Iglesias buscan blindar la coalición

  20 Abril 2020    Leído: 408
Sánchez e Iglesias buscan blindar la coalición

Pese a las tensiones de la semana, la apuesta por el pacto PSOE-UP es firme.

 

Es una de las grandes preguntas de la política española para los próximos meses. ¿Aguantará la inédita coalición PSOE-Unidas Podemos en la tormenta que augura la crisis económica que vendrá tras de la sanitaria? Está tan extendida esa duda, que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias mantuvieron una larga conversación el martes, tras el Consejo de Ministros, para zanjarla. Ambos se conjuraron: la coalición no se va a romper, porque sería una irresponsabilidad en plena crisis y no hay ninguna otra opción real de gobernabilidad, según coinciden fuentes de los dos sectores.

El Consejo había sido intenso. Se discutieron muchos asuntos del día —el presidente pide siempre a sus ministros que no se salgan de la agenda— y al final, en ruegos y preguntas, según varios asistentes, Iglesias sacó la cuestión de la renta mínima, un asunto que lleva semanas dividiendo al Gobierno no tanto por el fondo sino por los tiempos. Iglesias tiene prisa, el equipo económico la frena, y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, un reputado economista, insiste en que necesita tiempo para hacerla bien. Después de una breve discusión entre Iglesias y Escrivá, Sánchez lo zanjó: “Esto lo hablaremos esta tarde el vicepresidente segundo y yo”. Y así fue. Esa tarde ambos hablaron a fondo.

Sánchez también pidió una cosa que no se cumplió: “Evitemos que este asunto se discuta en los medios, sobre todo porque en el fondo estamos todos de acuerdo”. No fue así. La polémica siguió y Escrivá e Iglesias siguieron compitiendo para ver quién se queda con la paternidad de una medida estrella. Al final, la cosa quedó en empate: no será en “meses”, como había dicho la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, ni habrá una renta mínima puente mientras llega la definitiva, como quería Iglesias. El líder de Unidas Podemos también se quedó sin la rueda de prensa de presentación que buscaba. Pero tiene la garantía de que estará en mayo.

Comité técnico
Lo más importante, según varios ministros y altos cargos de ambos partidos, no es tanto la solución salomónica de la renta mínima, como el fondo político de lo que se acordó: el blindaje de la coalición. Sánchez e Iglesias quieren lanzar el mensaje de que no se va a romper. Y al día siguiente se anunció algo acordado ahí: todos los vicepresidentes se incorporan al comité técnico que toma las decisiones clave a diario, por lo que Iglesias se suma al corazón de la gestión, de la que se había quedado fuera en el primer mes. Como siempre en política, la fotografía y las imágenes del jueves dieron cuenta de este nuevo gesto simbólico que Sánchez lanza a todos los que dudan de que la coalición, pese a todas las tensiones, resista el embate de una crisis de proporciones inéditas.

Sectores políticos y empresariales presionan para que Sánchez rompa con Iglesias y busque una alianza con Ciudadanos y el PP, pero el Gobierno lo ha dejado claro: quiere ampliar sus apoyos —con ERC las cosas se están complicando y el Ejecutivo recibe con los brazos abiertos la posibilidad de un apoyo de Cs— pero sin renunciar a la coalición.

“No hay nada que hacer, Sánchez sabe que sería un suicidio para él abrazarse al PP en este momento y Casado tiene miedo de que si hace eso, Vox, que está creciendo, lo devore. No va a suceder, no hay margen político para ese gran pacto que algunos desean. La coalición con Unidas Podemos es la única opción”, señala un ministro. Algunos ministros socialistas están molestos por el afán de protagonismo de Iglesias, que siempre quiere sacar pecho de las medidas sociales. La queja también se produce en dirección contraria: Sánchez anunció el sábado la orden para limitar el precio de las mascarillas que esperaba presentar su autor, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, de Unidas Podemos. Pero son batallas de coalición, para ver quién saca rentabilidad a las decisiones positivas y no una ruptura de fondo. Ninguno de los consultados duda de que el Gobierno seguirá.

Las tensiones son las más visibles mediáticamente, pero lo que ha provocado los toques de atención de Sánchez a sus ministros en varios consejos es un asunto completamente diferente. El presidente, con más datos de la crisis, ha llamado la atención a ministros socialistas —son la mayoría y llevan las cuestiones más delicadas— para que no se transmita ningún mensaje que haga que la población se relaje. Cada ministro tiene presiones de su sector, y Sánchez les ha exigido delante de todos que las aguanten porque la prioridad es mantener el confinamiento lo más estricto posible.

Cuando se discutió el decreto de hibernación de la economía, hace dos semanas, el presidente obligó a eliminar todas las excepciones que habían colocado varios ministerios para dejar abierta buena parte de sus sectores. Y la semana pasada, en el debate sobre el final de la hibernación, Sánchez echó atrás unas guías que había preparado la ministra de Industria, Reyes Maroto, para distribuir en las empresas sobre cómo debía ser el regreso al trabajo. El presidente no quería dar sensación de normalidad y tumbó la iniciativa de una de sus ministras de confianza sin miramientos. El mensaje que todos entendieron fue muy claro: que nadie se relaje, la prioridad sigue siendo frenar el contagio.

elpais


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