En una entrevista con el Diario del Pueblo, Zhong admitió que existe un riesgo de la importación de contagios desde Europa y las Américas, y subrayó que la virulencia del virus en estas regiones es muy alta.
"En lo que se refiere a la posibilidad de un brote, es decir si puede producir un brote local o uno masivo, (...) creo que la posibilidad de ello es bastante baja, porque en China están vigentes las medidas de prevención muy duras", dijo.
El experto apuntó que en China todo el mundo lleva mascarillas, mantiene la distancia segura, y si alguien tiene la fiebre o presenta otros síntomas, se lo comunica muy rápido y las autoridades aíslan al enfermo.
"Así que en estas condiciones es muy baja la posibilidad de producirse un brote. Sí que hay este riesgo, pero la posibilidad de un segundo brote masivo en China es extremadamente bajo", subrayó.
A finales de diciembre pasado China informó de la detección de un nuevo tipo de coronavirus en la ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubéi. El nuevo virus fue denominado SARS-CoV-2, y la enfermedad que provoca, COVID-19.
El nuevo coronavirus se extendió a otros países, y el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó como pandemia la enfermedad COVID-19.
A lo largo del mundo se han detectado más de 1,77 millones de casos de infección por el nuevo patógeno, incluidas más de 108.000 defunciones y más de 404.000 recuperaciones, según los cálculos de la Universidad estadounidense Johns Hopkins.
En China se registraron en total más de 83.000 casos de contagio, incluidas más de 3.300 defunciones y más de 77.800 recuperaciones.
Mientras en enero y febrero el número de los casos de infección se disparó, en marzo la curva se frenó.
En la jornada del sábado pasado las autoridades chinas detectaron 99 nuevos casos de contagio, 97 de los cuales son importados.
Sputnik
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