Dimite el jefe del Consejo Europeo de Investigación por sus discrepancias en la gestión de la crisis de la Covid-19

  08 Abril 2020    Leído: 531
Dimite el jefe del Consejo Europeo de Investigación por sus discrepancias en la gestión de la crisis de la Covid-19

El profesor Mauro Ferrari, que había llegado al cargo el 1 de enero, renuncia a su puesto “profundamente decepcionado” por la respuesta europea al coronavirus.

El profesor Mauro Ferrari, presidente del Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés), ha dimitido de su puesto después de fallar en su intento de persuadir a Bruselas para organizar un programa científico a gran escala para luchar contra la Covid-19. Ferrari envió este martes una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, apenas tres meses después de haber llegado al cargo de la mayor institución científica de la UE. Su mandato, que arrancó el 1 de enero, era por cuatro años.

En un comunicado enviado al diario económico Financial Times, Ferrari explica los motivos de su temprano adiós: “Estoy profundamente decepcionado por la respuesta europea a la Covid-19. Llegué al Comité Científico de la UE siendo un ferviente seguidor de la UE, pero la crisis de la Covid-19 ha cambiado totalmente mis puntos de vista, aunque continúo apoyando los ideales de la colaboración internacional con entusiasmo”.

El Consejo Europeo de Investigación se creó en 2007 para financiar a los mejores científicos europeos y, según explica Financial Times, se ha convertido en una de las agencias más prestigiosas del mundo con un presupuesto de 2.000 millones de euros anuales.

Ferrari comenzó a tener fricciones con la Comisión Europea a principios de marzo, “cuando era evidente que la pandemia sería una tragedia de posiblemente proporciones sin precedentes”. En ese momento, este profesor italoamericano propuso un plan especial europeo para combatir el virus. “Pensé que en un momento como este, los mejores científicos del mundo deberían tener los recursos y oportunidades para pelear contra la pandemia, con nuevos fármacos, nuevas vacunas, nuevas herramientas de diagnóstico, nuevas estrategias dinámicas basadas en la ciencia, para reemplazar las intuiciones improvisadas de los líderes políticos”, dice en su comunicado.

Pero el consejo científico de la institución europea rechazó la propuesta de Ferrari, quien ha dedicado gran parte de su carrera a la investigación sobre el cáncer en Estados Unidos. Después, siempre según su versión, el científico fue requerido por la presidenta de la Comisión, que le pidió su opinión sobre la pandemia. “Solo el hecho de trabajar directamente conmigo creó una tormenta política interna. Realicé propuestas que llegaron a diferentes niveles en la Comisión Europea, donde se acabaron desintegrando”, explica la misiva.

El profesor lamenta además “la completa ausencia de coordinación de las políticas sanitarias entre los distintos Estados miembros, la recurrente oposición a las iniciativas de cohesión financiera y los cierres generalizados de fronteras” en el interior de la Unión Europea.

Investigación sobre el cáncer
Ferrari, de 60 años, comenzó dedicándose a las matemáticas, pero cambió su vida tras perder a su esposa, que murió por un cáncer galopante con tan solo 32 años. El matemático, que en aquella época se dedicaba a hacer cálculos sobre el movimiento de las galaxias, se sintió incapaz de seguir investigando asuntos que no tuvieran que ver con la medicina. “Fue muy trágico. Sentí que tenía que hacer algo contra el cáncer. Si vas a una guerra y tienes un cuchillo, vas con el cuchillo. Y si tienes una piedra, vas con una piedra. Yo tenía las matemáticas y la física”, explicó en una entrevista con EL PAÍS en 2019.

El científico se convirtió en un pionero de la nanomedicina. Su laboratorio diseña partículas de un tamaño de millonésimas de milímetro, que inyectadas en la sangre actúan como taxis que transportan fármacos directamente hasta los tumores. De momento, ha tenido éxito en ratones. En 2002, la Universidad Estatal de Ohio lo fichó como profesor de medicina interna. En 2003, el Instituto Nacional del Cáncer de EE UU le puso al frente de la Alianza para la Nanotecnología contra el Cáncer, un programa nacional que financió a miles de científicos en todo el país.


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