La pugna norte-sur dificulta el pacto para que la UE movilice medio billón de euros

  08 Abril 2020    Leído: 404
La pugna norte-sur dificulta el pacto para que la UE movilice medio billón de euros

Italia rechaza acudir al fondo de rescate y los ‘halcones’ exigen condiciones a las ayudas.

Las líneas rojas tendidas por las capitales amenazaban este martes de nuevo con hacer descarrilar las negociaciones sobre la respuesta económica de Europa a la mayor emergencia que atraviesa desde la Segunda Guerra Mundial. Las diferencias entre Norte y Sur ponían en peligro anoche la aprobación de un paquete de créditos de más de medio billón de euros. La resistencia de Italia a tener que acudir al fondo de rescate (Mede), la exigencia de los halcones de fijar condiciones a los beneficiarios de esos préstamos y la demanda de los países más castigados de un plan de recuperación obstaculizaban el pacto en un Eurogrupo que se antoja con extenderse hasta al menos la medianoche.

Las Bolsas europeas remontan cuando las medidas de contención a la pandemia decretadas por los Gobiernos parecen ir dando por fin sus frutos. Austria y Dinamarca empiezan a pensar ya en recobrar el pulso de su actividad. Y ante esa perspectiva, Bruselas comenzará este miércoles a debatir una estrategia conjunta para salir del confinamiento y evitar el sálvese quien pueda. Los socios de la UE trataban este martes de superar en el terreno económico la descoordinación ante esta crisis. Hasta ahora las capitales han lanzado ingentes planes de estímulos y medidas de liquidez, sin cerrar una respuesta europea a la pandemia.

Los ministros tenían por fin un paquete con ciertos visos de prosperar después de tres reuniones virtuales del Eurogrupo fallidas, decenas de videollamadas a nivel técnico y más de un desencuentro entre las capitales. Sobre el papel, solo quedaban por cerrar detalles y limar algunas asperezas. Pero antes de la reunión, que empezó con una hora de retraso, empezaron a aflorar todos los desencuentros. Los había en casi todos los puntos. Antes de encender la cámara de Lisboa y conectar las otras 26 capitales, el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, pidió a sus homólogos que mostraran su compromiso para "un plan de recuperación, coordinado y cuantioso”. Los ministros discutían, en realidad, cómo plasmaban sobre el papel esas tres propuestas que luego deberán ser refrendadas po rlos jefes de Estado y de gobierno, que siempre tienen más margen de maniobra.

El portugués propuso crear una triple malla de seguridad: préstamos del Mede por 240.000 millones de euros para proteger las finanzas estatales; créditos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) por 200.000 millones para mantener a flote a las empresas, y una línea de 100.000 millones de la Comisión para evitar más destrucción de empleo, financiando esquemas de suspensión temporal como el kurzarbeit alemán o los ERTE españoles.

Dos elementos volvían a dibujar desde el principio la frontera entre Norte y Sur: el empleo del fondo de rescate europeo (Mede) como cortafuegos y las aspiraciones de un grupo de países —entre ellos España, Francia e Italia— de impulsar un paquete ambicioso para relanzar la economía cuando acaben los confinamientos.

Italia seguía resistiéndose a que el Mede sea el salvavidas que la UE lance a los países para atender la emergencia sanitaria o los efectos sociales y económicos que de ella se deriven. “Mede no, eurobonos seguramente sí”, había advertido en la víspera el primer ministro italiano, Giuseppe Conte.

La propuesta de Centeno para actuar de inmediato parecía ser, en cambio, bastante más digerible para España. “Espero que haya un acuerdo para activar cuanto antes estos instrumentos adicionales de liquidez para apoyar en el corto plazo la acción nacional”, sostuvo la vicepresidenta Nadia Calviño antes de la reunión. La ministra de Economía señaló que España —que con el diseño inicial podría acceder a hasta 25.000 millones del Mede— no tiene “ninguna necesidad” de recurrir a ninguno de esos mecanismos. Al contrario que Italia, no ve problema en la propuesta de que el Mede pueda prestar. Pero ambos países sí iban de la mano a la hora de rechazar una “condicionalidad específica” para cada país que solicite la ayuda.

Berlín se abrió a relajar las condiciones, pero La Haya —junto a Austria y Finlandia— no estaba todavía en esa posición. Los Países Bajos proponían una suerte de rescate en dos fases: primero, las capitales recibirían los fondos de forma rápida para luchar contra la pandemia y sus consecuencias y, en una segunda etapa, se fijarían condiciones, reformas y un método de supervisión. Pero no era esa la única diferencia. El ministro de Finanzas holandés, Wopke Hoekstra, logró un amplio respaldo de su Parlamento para oponerse a los eurobonos en la reunión del Eurogrupo.

Italia se queda sola
Italia se quedó sola. Francia y España aún defienden la emisión de bonos conjuntos en la eurozona, pero ante el rechazo a los eurobonos en Alemania y el resto del club del Norte decidieron optar por otro instrumento. París propone, en su lugar, un fondo con cerca de 360.000 millones de euros que pueda financiarse en los mercados. Calviño defendió este martes que todavía no tiene preferencia por un instrumento, ni nuevo ni ya existente, ni dentro o fuera del Presupuesto de la UE. Pero su ministerio ya ha explorado ese territorio y se decanta por una solución como la francesa. “No es aceptable que cada país tenga que hacer frente solo a los costes derivados de esta emergencia”, sostuvo la vicepresidenta.

Fuentes comunitarias sostuvieron que también los préstamos comunitarios y el sistema para financiar ERTE generaron cierto debate, puesto que los halcones exigieron que se concretara un límite temporal para ese sistema de protección de empleo. Los ministros trabajaban esta noche para buscar un acuerdo sobre las principales discrepancias: el Mede y la estrategia para salir de la crisis. A las siete de la tarde, Centeno propuso un receso de una hora que fue ampliado posteriormente. Otras fuentes consultadas no descartaban acabar sin conclusiones conjuntas, sino con una carta de Centeno al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ante la próxima cumbre de líderes, aún por fijar la fecha en el calendario.

Fondos dentro o fuera del Presupuesto
Los ministros de Finanzas de la UE deberán retomar el debate de la salida de la crisis. Sin embargo, fuentes comunitarias explicaron que se adivinan ya dos frentes entre quienes quieren preparar la pista de salida hacia la recuperación.

Berlín es partidario de usar el presupuesto de la UE, consciente de que así puede poner un tope a las cuantías a desembolsar con mayor facilidad. En cambio, París y Madrid prefieren un instrumento nuevo, que suponga obtener nuevos recursos en los mercados y esté a medio camino entre la posición alemana y los eurobonos que aún defiende Italia. La Comisión Europea también prefiere que esa suerte de Plan Marshall esté dentro del presupuesto de la UE para el periodo 2021-2027.

elpais


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