"El Ayuntamiento podrá limitar durante el tiempo concreto que dure la emergencia sanitaria el número de solicitudes de incineración para garantizar el servicio. (...) Se ofrecerá a la familia la posibilidad de hacer un entierro provisional para que pasados dos años se pueda llevar a cabo la incineración", informó en un comunicado el consistorio de Barcelona.
Se trata de una medida para evitar el colapso del sistema de incineraciones de la ciudad, donde se concentran la mayoría de contagios por coronavirus de Cataluña, que suma más de 26.800 enfermos.
Hasta la fecha, 2.760 personas fallecieron a causa del COVID-19 en esta región, una situación que llevó a los servicios funerarios de Barcelona al límite de incineraciones.

Los servicios de cremación, que antes eran del 54%, aumentaron al 78% durante la crisis, lo que ocasionó un aumento de los cadáveres en espera en los depósitos.

Ante esta situación, las autoridades de la ciudad decidieron que se podrá recurrir a los entierros temporales de fallecidos durante un periodo de dos años.

Pasado este tiempo, las familias podrán solicitar de nuevo la cremación sin ningún coste adicional.

Con esta medida el Ayuntamiento busca evitar esperas "excesivas" para proceder a la cremación, que actualmente están cerca de los 30 días a causa del crecimiento de la demanda del servicio en las últimas semanas.
El concejal y responsable de Cementerios de Barcelona, Eloi Badia, advirtió en rueda de prensa que las incineraciones podrían colapsar tan pronto como el 8 de abril, una situación que desde el Ayuntamiento pretenden evitar.

Para agilizar el proceso, el Gobierno de Barcelona anunció un reforzamiento de los servicios de entierros además de una asignación de los hospitales a las distintas funerarias que operan en la ciudad.

Esto permitirá "descongestionar" los hospitales de la capital catalana, explicó Badia, que gradeció a los trabajadores de los cementerios y a las funerarias el "esfuerzo titánico" realizado durante la crisis del coronavirus.

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