“Canadá se opone fuertemente a la propuesta de Estados Unidos y se lo hemos hecho saber al Gobierno del país vecino”, ha enfatizado este jueves la viceprimera ministra canadiense, Chrystia Freeland.

Freeland ha hechos estas declaraciones después de que varias autoridades estadounidenses anunciaran estar estudiando la posibilidad de desplegar efectivos en un área cerca de la frontera con Canadá debido a crisis del coronavirus, con el fin de interceptar a migrantes, hecho que ha provocado un aumento de la tensión entre ambos países.

La alta funcionaria también ha destacado que Washington es libre de tomar su propia decisión sobre el tema en medio de un brote grave de la pandemia letal en EE.UU., enfatizando que tal despliegue sería científicamente irracional y solo sería una afrenta a un aliado militar de mucho tiempo.

Fuentes locales han informado que la Casa Blanca tiene en cuenta enviar a dicha zona mil tropas militares con el objetivo de cubrir unos 25 kilómetros de frontera común entre Estados Unidos y Canadá.

En este sentido, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha asegurado en la misma jornada que Ottawa rechazaría la idea que afectaría el movimiento a través de la frontera más larga del mundo a 8900 kilómetros (5 500 millas).

“Canadá y Estados Unidos tienen la mayor frontera desmilitarizada del mundo y eso va en los intereses de los dos países (…) ha beneficiado a los dos países, las dos economías. Sentimos que debe permanecer así”, ha aseverado Trudeau.

No obstante, la crisis del coronavirus ha llevado a Washington y Ottawa a acordar un cierre de la frontera común al “tráfico no esencial” para contener la expansión del virus, que suma ya más de 85 000 contagios en la parte estadounidense.

Tras el anuncio del cierre temporal de la frontera, los dos países hicieron hincapié en la importancia de seguir abiertos al comercio y dejar pasar a aquellos trabajadores "esenciales" que así lo requieran.

HispanTV 

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