El pasado 21 del presente mes el régimen de La Habana había considerado un conjunto de medidas, como prevención a la expansión del Covid-19 en la Isla, entre ellas el cierre de las fronteras aéreas y marítimas al turismo.
Según reportes oficialistas, en el país se encontraban unos 60.000 turistas extranjeros, quienes debían abandonar la Isla este martes como fecha tope. Este anuncio provocó la aglomeración de centenares de extranjeros en el aeropuerto internacional José Martí, en la capital, en busca de capacidades. Una gestión prácticamente imposible tras la cancelación de varias aerolíneas de sus vuelos de conexión a La Habana.
Para los extranjeros varados en Cuba, el régimen decretó su aislamiento total en los hoteles estatales con la orden estricta de no transitar por las calles. Todas las excursiones turísticas en las ciudades o sitios históricos, de naturaleza o culturales están suspendidos.
El sector privado tampoco tendrá autorizado el movimiento de turistas extranjeros, y en declaraciones televisivas las autoridades del régimen advirtieron a los transportistas privados que «si monta a un turista en su carro debe saber que está cometiendo una violación, pues el turista tiene que estar en su hotel». Asimismo, quedó suspendida la renta de autos de turismo y «se irán recibiendo paulatinamente los que ya están rentados».
Los dueños de hostales privados, según decretaron las medidas tomadas por el régimen, son responsables por la salida a las calles de los extranjeros hospedados quienes también, al igual que los hospedados en los hoteles estatales, tienen prohibido transitar por las calles. Sin embargo, el primer ministro Manuel Marrero Cruz indicó que, debido al nivel de riesgo que implica tener a los turistas en la misma vivienda donde conviven familias del titular, «comenzar un traslado gradual de estos turistas hacia los hoteles».
«Esto no responde a un interés económico, ya que aún en estas condiciones no prohibimos el turismo en casas particulares; tiene que ver con medidas para preservar la salud y las vidas de los titulares de esas casas y de todos», dijo Marrero Cruz.
Según las cifras estatales, actualmente hay 9.413 extranjeros hospedados en casas particulares; de ellos 6.000 están en La Habana. El régimen asumirá el costo del traslado hacia las instalaciones hoteleras «con el control y la vigilancia de sanidad establecidos y el precio de alojamiento será similar al de las casas de renta», advirtieron por su parte funcionarios del ministerio de Turismo en la Isla.
Hasta 8 años de cárcel
Aunque no se especificó si el rigor de las condenas también recaería sobre personas extranjeras, el régimen cubano publicó este lunes que habría penas de hasta ocho años de prisión para quienes «infrinjan las medidas sanitarias» en la Isla.
«Quien infrinja las medidas o disposiciones dictadas por las autoridades sanitarias competentes para la prevención y control de las enfermedades transmisibles, así como los programas o campañas para el control o erradicación de enfermedades o epidemias de carácter grave o peligrosas, el Código Penal contempla duras sanciones», recordó Granma, el diario y órgano oficial del Partido Comunista.
La cifra de contagiados por Covid-19 en la Isla ascendió este martes a 48 personas, y estaban ingresados, para vigilancia clínico-epidemiológica en centros de aislamiento y atención, 1.229 pacientes. De ellos 174 extranjeros y 1.055 cubanos. Otras 33.132 personas se encuentran bajo seguimiento en sus hogares.
abc
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