La industria del automóvil se enfrenta a un panorama inédito desde la posguerra

  19 Marzo 2020    Leído: 415
La industria del automóvil se enfrenta a un panorama inédito desde la posguerra

El motor, que emplea al 9% de la población, afronta un parón inédito desde la posguerra. Los ERTE afectan ya a la mayoría de los 66.000 empleados de las cadenas de montaje.

Marzo de 2020 pasará a la historia por muchas cosas. Una de ellas será el frenazo en seco del sector del automóvil, que suponía, hasta el pasado viernes, el 10% del PIB, empleando al 9% de la población activa. Fábricas, proveedores, concesionarios y talleres han bajado la persiana como resultado de la expansión del coronavirus y el estado de alarma, en un cierre en cascada de dimensiones aún difíciles de cuantificar.

Las trece fábricas españolas que ensamblan vehículos (2,8 millones en 2019) han parado máquinas, entre el pasado viernes y ayer miércoles. Los fabricantes de vehículos emplean a unas 89.000 personas de forma directa, 66.000 en las líneas de montaje. La mayoría, a la espera de que se pronuncie PSA –que con tres factorías (en Vigo, Zaragoza y Madrid) es el fabricante de mayor volumen del país– están ya sometidos a diferentes Expedientes Temporales de Regulación de Empleo (ERTE). Los más optimistas, como Volkswagen, con una factoría en Pamplona (Navarra), prevén que el parón se prolongue al menos dos semanas, con un coste diario, según los sindicatos, superior a los 650.000 euros. Seat, propietario de la mayor factoría de España, la de Martorell, se ha preparado para un parón de hasta cinco semanas. Ford, con una fábrica en Almusafes, Valencia, ha paralizado sus líneas de manera indefinida, «en función de la evolución de la pandemia, las restricciones nacionales y los requisitos impuestos a proveedores y concesionarios». Renault, al igual que Nissan en Barcelona y Ávila, también ha paralizado sus plantas en Palencia, Valladolid y Sevilla, durante lo que dure el estado de alarma. Como Mercedes, en Vitoria. En la mayoría de los casos han sido los propios sindicatos los que han forzado los paros, al entender que no se daban las condiciones para trabajar con seguridad, algo por otro lado innecesario ante el descontado hundimiento de la demanda de vehículos.

Los ERTE planteados no necesariamente afectan a la totalidad de la plantilla. De las 23.000 personas que trabajan en labores de oficina muchas podrán teletrabajar. Ni siquiera todos los que tienen su puesto en primera línea pararán. Seat, por ejemplo, ha presentado un expediente para 14.771 empleados, pero calcula que diariamente estarán parados entre 10.500 y 11.500. Los afectados, además, cobrarán el 90% del salario neto y no perderán ni las pagas extra ni las vacaciones, según detalló el presidente del comité de empresa, Matías Carnero, a Efe.

La situación no tiene precedentes, al menos desde que Seat y Renault retomaran, en 1953, en Barcelona y Valladolid, la producción en serie de turismos en España. Una fabricación truncada en octubre de 1937, cuando colapsó la factoría de Ford en Barcelona, incautada en plena Guerra Civil por el Comité de Defensa del Poblenou. Tampoco se construyen, por primera vez desde 1939, vehículos industriales, después de que Iveco haya optado por clausurar sus plantas en Madrid y Valladolid.

Cada puesto en las factorías equivale a cuatro en la industria auxiliar, que también ha parado en cascada. En total, los proveedores suman 230.000 empleos directos, en unas mil empresas, abocadas en su mayoría también a la paralización de la actividad. Gestamp, por ejemplo, ha planteado a los sindicatos medidas de flexibilización laboral, entre ellas ERTEs, en las 22 plantas que tiene en España, en las que emplea a unas 6.000 personas. Igualmente Antolín ha anunciado que activará medidas de flexibilidad, como paso previo a un posible ERTE. Algo que también han aplicado, por ejemplo, el fabricante de ventanillas Saint Gobain, en Avilés, o el de amortiguadores Vauste, en Gijón. También Michelin ha parado sus cuatro plantas, con 7.000 empleados.

En los concesionarios, la situación es aún peor. El Real Decreto 463/20 por el que se decreta el estado de alarma los aboca irremediablemente al cierre temporal. Esta semana aún se están matriculando vehículos, de operaciones ya cerradas con anterioridad. El lunes, por ejemplo, aún se vendieron 1.400 vehículos, y las asociaciones Faconauto y Ganvam han instado a sus asociados a mantener una vía abierta para atender, a través de internet o teléfono, dudas o consultas pendientes. Las ventas, sin embargo, se rematarán antes de que acabe la semana, y el sector ya maneja una caída de las matriculaciones del 80% en marzo. Una previsión que desde Faconauto califican incluso de «optimista». Los concesionarios suponen 161.500 empleos directos y 550.000 indirectos. Hasta ayer, las ventas caían un 19%. Según el decreto, también los talleres mecánicos deben cerrar, algo de lo que discrepan algunas asociaciones sectoriales, que lo han consultado con Transportes al entender que prestan un servicio esencial. Por ahora, la Policía ha cerrado varios que permanecían abiertos en Madrid. También ha sido sancionada una estación de ITV en Valencia. La obligación de pasar la inspección técnica está suspendida mientras dure la pandemia.

abc


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