Hasta ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la comunidad científica internacional sospechan que el coronavirus surgió en diciembre en el mercado de animales de Huanan en Wuhan. Allí habría mutado procedente de los murciélagos y, desde una especie todavía sin identificar, habría pasado al ser humano. Pero algunos estudios apuntan a que buena parte de los primeros casos detectados en Wuhan no tenían relación con dicho mercado. Y, a tenor de una exclusiva publicada este viernes por el periódico «South China Morning Post», que asegura haber visto documentos oficiales, los primeros casos diagnosticados del nuevo coronavirus se remontan al 17 de noviembre. Pero las autoridades los ocultaron y silenciaron a los médicos que alertaban, reconociendo solo 41 contagiados el 11 de enero cuando, según el citado rotativo, ya había 381 el primer día del año.
Sin entrar en si tales consideraciones amparan una nueva teoría sobre el origen de la epidemia, uno de los portavoces más vitriólicos del Ministerio de Exteriores chino, Zhao Lijian, provocó este viernes un conflicto diplomático al recomendar en Twitter un artículo de Global Research, un portal canadiense especializado en conspiraciones, que atribuye el coronavirus a Estados Unidos. «Tómese unos pocos minutos para leer un artículo más. Esto es tan extraordinario que me ha hecho cambiar muchas cosas en las que creía. Por favor, difúndalo para que más gente lo sepa», sugirió a sus más de 300.000 seguidores (él sigue a su vez a 180.000 personas).
Aprovechando que el director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC), Robert Redfield, reconoció el miércoles por la noche ante la Cámara de Representantes que algunos fallecidos por gripe habían muerto en realidad por el coronavirus, Zhao pidió explicaciones con la agresividad habitual de sus mensajes. «El CDC ha sido pillado. ¿Cuándo empezó el paciente cero en EE.UU.? ¿Cuánta gente está infectada? ¿Cuáles son los nombres de los hospitales? Podría ser que el Ejército de EE.UU. trajera la epidemia a Wuhan. ¡Sean transparentes! ¡Hagan públicos sus datos! ¡EE.UU. nos debe una explicación», escribió el portavoz. Además de recordar que EE.UU. registró 34 millones de gripe y 20.000 muertos, preguntó «cuántos están relacionados con la Covid-19». Como en otras ocasiones, sus palabras contrastan con la falta de transparencia de Pekín y amenazan con desatar una nueva tormenta diplomática con la Casa Blanca.
Aunque Twitter está censurado en China, numerosos diplomáticos del régimen han abierto cuentas tras el estallido del coronavirus para contrarrestar las críticas e informaciones negativas de Occidente. De todos ellos, el más combativo es Zhao Lijian, que pasó cuatro años como número dos de la Embajada china en Pakistán.
abc
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