El brote epidémico que inició en China, hace tres meses, y por el cual se han enfermado más de 86,000 personas, es más severo con los adultos mayores y personas que tienen su salud comprometida por condiciones cardiacas, diabetes, cáncer y enfermedad respiratoria crónica, entre otras.
La vulnerabilidad de esos grupos de la población frente al nuevo coronavirus o COVID-19 es la misma que han tenido frente a otros brotes o enfermedades, debido a que tienen un organismo envejecido o afectado por una enfermedad, que no es tan fuerte como antes, que tiene un sistema inmune más débil y que tiene una respuesta más lenta para protegerse o recuperarse.
“Los viejos siempre son más vulnerables a cualquier enfermedad infecciosa porque tienen una senescencia inmunológica y, por lo tanto, no reaccionan tan rapido a las enfermedades, particularmente las virales”, afirma el médico especialista en geriatría Walter Rosich.
Esa realidad se refleja en un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de China sobre las edades de las cerca de 3,000 personas que han fallecido por el coronavirus. El estudio revela que los mayores tienen más riesgo de muerte pues el 14.8% de las personas fallecidas tenía 80 años o más, 8% estaba en el grupo de personas de 70 a 79 años y 3.6% pertenecía al grupo de adultos de 60 a 69 años.
No obstante, es importante recordar que la inmensa mayoría de las personas contagiadas por este virus, más de 90%, se ha recuperado. Lo importante es que los adultos mayores estén conscientes de su vulnerabilidad para que tomen las precauciones que se recomiendan y que son iguales para toda la población. En su caso, tienen que seguirlas con mayor disciplina.
Rosich señala que, aunque hay que estar pendientes al desarrollo de esta epidemia y cuidarse, “no debemos caer en esta histeria o reacción exagerada”, porque hay otras enfermedades como la influenza que provocan más muertes que lo que ha causado este virus. Tan solo en Estados Unidos, más de 35 millones de personas se contagiaron con influenza el año pasado, periodo en el que murieron más de 34,000 personas a causa de ese virus, según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Como medidas preventivas, el geriatra menciona que las personas deben mantenerse “bien alimentadas y, en mi caso, recomiendo Vitamina C y Vitamina E para subir el sistema inmune. Lavarse las manos (frecuentemente). Y, como no hay vacuna, si llegara aquí, hay que buscar protección física, manteniéndose en la casa y no ir a actividades multitudinarias. Es sentido común”, agregó el profesor del Programa de Gerontología del Recinto de Ciencias Médicas, Universidad de Puerto Rico.
Qué es y cómo se manifiesta
El virus que comenzó el pasado diciembre en la ciudad de Wuhan, China, y que se ha detectado ya en 62 países y territorios, es parte de la extensa familia de los coronavirus y que van desde el catarro común hasta el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) o el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV). El COVID-19 es una nueva cepa de un coronavirus que no se había encontrado en personas, según publicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Al igual que la influenza, el COVID-19 se transmite de persona a persona por las gotas o secreciones que salen al toser, hablar o estornudar y, de igual forma, la manera de prevenir el contagio es el mismo: mucho lavado de manos, taparse la boca al toser o estornudar, protegerse cuando alguien lo hace, y evitar tocar superficies y luego tocarse la cara.
No obstante, luego de que el presidente Donald Trump ayer comparara ambas afecciones para disminuir la severidad del coronavirus, Lawrence Gostin, profesor de Georgetown University y director del World Health Organization and Collaborating Center on National and Global Health Law, llamó la atención a no quitarle importancia a una enfermedad que podría llegar a igualar los números de contagio de la influenza.
El desarrollo del coronavirus continúa generando contagios y, en los últimos días, también provocó cambios en los protocolos del CDC, luego que una persona en California diera positivo al virus sin haber estado en contacto con alguien que hubiese viajado fuera de Estados Unidos.
Asimismo, ayer también se dio a conocer que la Agencia Federal de Drogas (FDA) autorizó a laboratorios privados a desarrollar una prueba para diagnosticar los contagios, pues hasta ahora las pruebas solo las administraba el CDC y ya se había indicado que no darían abasto.
En Puerto Rico, los hospitales se están preparando para atender pacientes que den positivo al virus si surgieran casos, según ha publicado este diario.
elnuevodia.com
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