La epidemia de Covid-19 entró ayer en una nueva fase. Dos focos descontrolados en Italia e Irán están exportando decenas de casos a una veintena de países, ante lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió subir el nivel de riesgo de expansión e impacto global a “muy alto”. Pero como viene siendo habitual en su director general, Tedros Adenom Gebreyesus, cada mala noticia llega con un anuncio tranquilizador: “No vemos evidencia de que el virus se esté expandiendo libremente en las comunidades. Mientras siga así, todavía tenemos posibilidad de contener el virus, si se toman acciones robustas para detectar casos tempranamente, aislarlos, cuidar a los pacientes e investigar sus contactos”.
Es justamente el escenario en el que se encuentra España. Desde el inicio del brote se han registrado 41 casos, dos ya dados de alta en La Gomera y Palma de Mallorca y 39 activos: 10 en la Comunidad Valenciana, ocho en Andalucía, siete en Madrid, seis en Canarias, cuatro en Cataluña, dos en el País Vasco, dos en Castilla y León y uno en Aragón. De estos, al menos 12 son transmisiones secundarias, es decir, personas que se infectaron sin salir del país. El momento es decisivo. En rueda de prensa Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, dijo ayer por la mañana que si las primeras infecciones locales (por entonces tres) se transmitían, deberían estar surgiendo. Y así sucedió: tras su intervención se confirmaron nueve más. Detectarlas y controlaras es crucial para que la epidemia no se expanda sin control.
De los 12 contagios locales, tres están en Valencia y la cadena de transmisión es clara: son del círculo de las personas que se infectaron en Milán tras ir a ver un partido del Valencia CF —que ayer canceló su agenda pública y ruedas de prensa por el coronavirus—, así que se está aplicando el protocolo para controlar a todos sus contactos, por si presentaran síntomas. Otros dos son los primeros casos de sanitarios que han atendido a enfermos (uno en un hospital de Sevilla y otro de Torrejón). Evitar las infecciones de estos trabajadores es especialmente crítico en la contención de cualquier epidemia. En el resto de los casos la tarea de rastreo es más complicada. Cuatro están relacionados con hombre de 62 años que dio positivo en Sevilla tras días de hospitalización. Esto supone que el coronavirus llevaba semanas en España, por lo que los expertos no descartan que se haya propagado más allá de los casos conocidos. El Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía se puso a investigar todos los contactos del paciente para controlar el brote hasta encontrar otros tres casos, todos en Marbella. Como explicó Simón, por los plazos, si hay más casos lo normal es que se hubieran detectado ya, sin descartar que pueda haberlos asintomáticos o que no lo hayan reportado, así que pueden quedar fuera de los radares de Sanidad.
Completan esos 12 casos locales los tres de Madrid, uno de ellos de un familiar de un infectado. Se están rastreando nuevas transmisiones. “Si se hubiera infectado más gente, se tendrían que estar detectando ya. A medida que pasan los días, las probabilidades se reducen”, dijo Simón.
Un punto de inflexión
“Es posible que estemos cerca de un punto de inflexión”, explica a este periódico Antoni Trilla, jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona. Lo más probable, en su opinión, es que haya personas con el virus que no hayan sido detectadas. Esto sucede porque, como explica Isabel Sola, viróloga del Centro Nacional de Biotecnología, el virus se reproduce en las vías altas respiratorias, lo que provoca que se pueda contagiar más fácilmente cuando todavía los síntomas son leves, parecidos a los de un simple resfriado, una infección que también se desarrolla en esa zona.
“Es verdad que es una situación que preocupa, pero de momento no parece haber un descontrol en el que haya casos por todas partes de los cuales no seamos capaces de trazar su origen”, señala. ¿Y si llegásemos a ese punto? La respuesta del experto es que tampoco tendría por qué ser “ningún drama”. “Ahora seguimos en una fase de contención, podría haber mucha aceleración pronto, pero no tiene por qué, como hemos visto en Alemania o Reino Unido, que llevan con casos locales mucho tiempo, pero sin que crezcan mucho”, razona.
Si no se consiguen controlar estas primeras transmisiones locales, se podría pasar de una fase de contención a una de mitigación, donde ya quizás no sería tan importante trazar cada caso, sino “tratar lo mejor posible a todos los pacientes, evitar que personal sanitario se contagie, expandir las medidas básicas de higiene”, opina Trilla. Si se sube el nivel es posible que se cancelen actos públicos multitudinarios (como ha sucedido en Italia), pero como señaló ayer Simón, no tendría por qué ser algo generalizado en todo el país, sino que se tomarían medidas concretas en función de los brotes. Pero, de momento, estamos en lo que el Ministerio de Sanidad denomina escenario uno, en el que no se están tomando medidas más drásticas que las de detectar de forma temprana, tratar los casos y trazarlos, como recomienda la OMS.
elpais
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