Rafael Superstar: Italia celebra al genio de Urbino con una gran exposición

  27 Febrero 2020    Leído: 864
  Rafael Superstar:   Italia celebra al genio de Urbino con una gran exposición

En el 500 aniversario de su muerte, una muestra en las Escuderías del Quirinal de Roma repasa la trayectoria del artista a través de más de 200 procedentes de 54 instituciones de todo el mundo.

Rafael Superstar. En medio de la angustia que vive Italia por el coronavirus, el país puede con legítimo orgullo airear la bandera del arte, presentando al mundo una extraordinaria exposición para rendir homenaje, en el 500 aniversario de su muerte imprevista en Roma a los 37 años de edad, al pintor llamado «el Divino», el artista de la belleza absoluta, universal, el tercer gigante del Renacimiento con Leonardo da Vinci y Miguel Ángel. Rafael, el genio de Urbino, venerado en vida como artista único, tendrá una exposición nacional en la que Italia ha echado el resto. Se titula «Rafael, 1520-1483», y podrá verse desde el 5 de marzo al 2 de junio en las Escuderías del Quirinal. Ayer fue inaugurada con pompa magna por el presidente de la República, Sergio Mattarella. La exposición, con 204 obras maestras procedentes de 54 instituciones de todo el mundo, entre ellas 120 de Rafael, será un viaje hacia atrás en el tiempo, para recorrer la vida artística del pintor y arquitecto, desde su muerte en la plenitud de su grandeza y su gloria en el papado de León X, hasta su etapa de Florencia y sus inicios en Urbino.

Tres años de trabajos de restauración y estudios se han dedicado para coronar el que será el acontecimiento cultural del año en Italia. No se han escatimado esfuerzos para contar con las mejores obras de Rafael, con los Uffizi de Florencia a la cabeza de los préstamos. Estarán el «Retrato de León X con los cardenales Giulio de Medici y Luigi De Rossi», una de las joyas de la exposición; «Dama velada» o «La velada», uno de los más célebres retratos del pintor; el «Autorretrato», pintura de su fase florentina; «San Juan Bautista de niño»; la «Madonna dell’ Impannata»; la «Madona del gran duque»; «Visión de Ezequiel»; el «Retrato del cardenal Tommasso Inghirami», entre muchas otras.

Los trabajos de restauración han permitido la segura atribución del cuadro de León X pintor de Urbino. Estas dos figuras se añadieron después a la espalda de cardenal, suscitando muchas interpretaciones sobre qué mano habría intervenido en esa segunda fase del cuadro. Ahora se puede afirmar que solo intervino la mano de Rafael, despejando las dudas del pasado. En la investigación se ha utilizado material de vanguardia, lo que permite decir lo siguiente a Marco Ciatti, superintendente del Opificio delle Pietre Dure de Florencia, que ha dirigido la restauración: «Ahora hay una base sólida para confirmar lo que era una intuición de los historiadores del arte. No hay la mínima duda. La restauración permite ahora la lectura de detalles que ni siquiera un pintor flamenco podía realizar: Los reflejos sobre la campanilla, las miniaturas del libro sobre la mesa, el paño y pliegue de las vestiduras. Al limpiarlo han aparecido los colores más brillantes y la escena adquiere ahora la compleja espacialidad».

Este viaje extraordinario sobre la vida de Rafael, hacia atrás en el tiempo, se abre con la reconstrucción de la tumba del artista, sepultado en el Panteón de Agripa, donde figura un epitafio en latín que le dedicó el cardenal y poeta Pietro Bembo: «Aquí yace Rafael. Cuando vivía, la Naturaleza temió ser vencida por él, y al morir él, temió morir ella». Difícil encontrar un epitafio de tanta profundidad sobre la tumba de un artista.

Aportación española
En cierta forma España estará representada en la exposición con el préstamo del Museo del Prado de otra de las obras maestras más conocidas de Rafael: «La Sagrada Familia con san Juanito», más conocida como la «Virgen de la Rosa». Se expondrá al lado de la «Virgen de la Casa de Alba», que hoy se conserva en la Galería Nacional de Arte de Washington. Esta pintura perteneció en el siglo XVII a la española Casa de Alba, que da nombre al cuadro. En 1836 fue adquirida por Nicolás I de Rusia, para que fuera una de las joyas destacadas del Museo Imperial del Hermitage en San Petersburgo. Un siglo después, de forma clandestina, el gobierno soviético la vendió al banquero estadounidense Andrew William Mellon por una cifra récord en la época: 1.166.400 dólares. El banquero la donó junto con su colección, a la Galería Nacional de Arte de Washington.

Da buena parte de la idea de la importancia y riqueza artística de esta exposición el hecho de que estas dos obras, la «Virgen de la Rosa del Prado» y la «Virgen de la Casa de Alba», vuelvan por primera vez a Roma, junto a otra excelsa pintura: «Madonna de la Casa Tempi», que se conserva en la Alte Pinakothek de Múnich.

La exposición se cierra con otra gran obra maestra, préstamo de la Galería Borghese de Roma: «La Dama del unicornio», pintada con un amplio escote cuadrado de moda en esa época (en 1505 o 1506). No faltan los proyectos del arquitecto Rafael, como Villa Madama y la Capella Chigi.

Desde hace meses se escucha de boca de los amantes del arte una palabra sobre la exposición: imperdible. Todos quieren ver la exposición que merece un pintor sublime como Rafael.

abc


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