Los equipos, que ya llegaron a Reyhanli, en la provincia meridional turca de Hatay, en la frontera con Siria, deben reforzar los puestos de observación que Turquía mantiene en la zona desmilitarizada de Idlib.
La tensión en la zona desmilitarizada de Idlib, creada en 2018 por un acuerdo entre Moscú y Ankara, aumentó a principios de febrero debido a un intercambio de ataques entre los militares turcos y sirios.
Turquía informó de una quincena de militares fallecidos por ataques del Ejército sirio, y estimó en más de un centenar las bajas en el otro bando, sin que Damasco haya confirmado hasta ahora la muerte de sus militares.
El líder turco, Recep Tayyip Erdogan, le dio a Damasco un ultimátum para que cese su operación en Idlib y retire sus tropas de los puestos de observación turcos antes de finales de febrero, amenazando con una respuesta militar.
El 12 de febrero el presidente turco afirmó que Siria y Rusia están atacando "principalmente a civiles" en Idlib para ocupar esa región y obligar a los residentes a trasladarse a las fronteras turcas, acusación que Moscú refutó al subrayar que las operaciones rusas y sirias van dirigidas únicamente contra los terroristas.
Siria rechaza la presencia turca, que considera una "agresión" contra su soberanía. Sputnik
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