Siguiendo una tradición de la familia real, la duquesa de Cambridge trajo a sus hijos al mundo en el ala Lindo del Hospital de St. Mary's, en Londres. El parto de George, su hijo mayor, tuvo lugar en 2013. Le siguieron Charlotte en 2015 y Louis en 2018.
Al comentar la primera aparición en público con George, en los escalones del hospital, Kate compartió que la experiencia de pararse con su hijo recién nacido delante de una multitud fue "ligeramente aterradora".
"Tanto William como yo estábamos realmente conscientes de que esto era algo por lo que todos estaban entusiasmados y estamos enormemente agradecidos por el apoyo que el público nos ha brindado. (...) Pero a esto estaba sumado un bebé recién nacido, padres inexpertos y la incertidumbre de lo que eso traería, por lo que hubo todo tipo de emociones encontradas", compartió la duquesa durante una entrevista con Giovanna Fletcher en un podcast sobre maternidad.
Además, la duquesa recordó lo difícil que fueron los embarazos para ella, ya que sufría hiperémesis gravídica, un exceso de náuseas y vómitos en el primer trimestre del embarazo.
"¡Me gustó mucho el trabajo de parto! Porque en realidad era un evento que sabía que iba a tener un final", reveló la duquesa.
A pesar de las dificultades en el camino, Kate Middleton se sinceró de lo "extraordinario" que es el cuerpo humano y lo "asombroso" que fue la primera vez que sostuvo al bebé George, que en realidad no sabía que iba a ser un niño.
La duquesa describió que después del nacimiento de príncipe George, estaba ansiosa por llegar a casa porque al hospital lo asociaba con enfermedades.
"No era el lugar donde quería estar, así que estaba realmente desesperada por llegar a casa y volver a la normalidad", recordó.
Al mismo tiempo, la duquesa admitió entre risas: "Subestimé totalmente el impacto y el cambio que tuvo en nuestras vidas a partir de ese momento. (…) Incluso intentamos practicar con un bebé, como una muñequita... pero nunca funciona como lo planeaste, así que fue bastante difícil hacerlo en el escenario real".
El ala del Hospital de St. Mary's ha sido utilizada para los partos de la familia real británica desde 1977. Meghan Markle, esposa del príncipe Harry, fue la primera en rechazar la larga tradición. La actriz optó por una maternidad más cerca de su hogar cuando dio a la luz a Archie en 2019. La primera aparición en público del bebé se realizó solamente días después del parto.
Sputnik
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