Las investigaciones, publicadas en Nature, analizaron de manera profundizada el nuevo coronavirus, el 2019-nCoV, y descubrieron que comparte un 80% de su genoma con el coronavirus responsable del SARS. Ambos virus, además, se originaron en murciélagos.
Para determinar el origen del nuevo coronavirus, los científicos chinos examinaron los genomas de las muestras de coronavirus recolectadas de unos pacientes en la etapa temprana del brote.
En el primer estudio, llevado a cabo por expertos del Instituto de Virología de Wuhan, se analizaron las muestras de virus tomadas de siete personas que presentaron neumonía severa, seis de las cuales trabajaban en la feria de Huanan, en Wuhan, donde se cree que se inició el brote el diciembre pasado.
"Alrededor del 70% de las muestras eran casi idénticas entre sí y su secuencia genética era un 79,5% similar a la del SARS", subrayó Business Insider. La investigación también encontró que el 2019-nCoV es casi idéntico a otros coronavirus encontrados en murciélagos chinos: el 96% de los códigos genéticos coinciden.
La segunda investigación, realizada por la Universidad Fudan y el Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades, analizó las muestras de virus obtenidas de un paciente de 41 años, quien presentó síntomas de enfermedad respiratoria y fiebre y que también trabajaba en la feria de Wuhan. Se descubrió que el virus que le infectó era un 89% similar a un grupo de coronavirus llamados betacoronavirus, encontrados previamente en murciélagos chinos.
La similitudes entre el virus del SARS y el coronavirus de Wuhan llevan a los científicos a creer que los tratamientos para el primero potencialmente también podrían funcionar para el segundo. Sin embargo, la teoría aún debe confirmarse; por ahora, es solamente una hipótesis.
Sputnik
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