La exposición reflejará diferentes aspectos de la historia de la alfombra de Azerbaiyán, centrándose principalmente en el patrimonio histórico y cultural de las alfombras producidas por la Escuela de Alfombras de Sheki.

El evento es co-organizado por la Fundación Heydar Aliyev, la Embajada de Azerbaiyán en Francia.

Durante la ceremonia de apertura, un video documental contará la historia del proyecto de exposición y de la ciudad de Sheki.

El proyecto también reflejará los motivos del famoso Palacio de Sheki Khan, construido en el siglo XVIII, que representa la obra maestra de la arquitectura de estilo Qadjar.

La exposición estará abierta al público en general hasta el 4 de febrero de 2020, de 9:00 a 17:30 horas, previa presentación de un documento de identidad.

Cabe destacar la exposición " No descubierto: Nuevos motivos en la alfombra de Azerbaiyán" fue presentada por primera vez en 2019 como parte de las Jornadas de la Cultura Azerbaiyana en la ciudad francesa de Cannes.

Gracias al cuidado del país, el 10 de noviembre de 2010, el arte de la alfombra azerbaiyana fue incluido en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.

Las alfombras azerbaiyanas únicas son conocidas en todo el mundo por su calidad y alto valor artístico. Además, las sorprendentes y fantásticas alfombras de Azerbaiyán representan un verdadero misterio, llevándonos al interior de los cuentos de hadas llenos de majestuosos sentimientos.

La Tierra del Fuego tiene siete distritos productores de alfombras, incluyendo Bakú, Shirvan, Gubá, Tabriz, Karabaj, Gandjá y Gazaj, y cada uno de ellos tiene su propia tecnología, patrones típicos y colores.

Las coloridas alfombras de Karabaj, que se clasifican en cuatro grupos, representan una fabulosa sinfonía de los tonos más delicados de la asombrosa naturaleza de Karabaj.

Las alfombras de Karabaj todavía conservan su gloria, apareciendo en muchas prestigiosas subastas internacionales, estimadas en decenas de miles de dólares. Muestras del tejido de alfombras de Karabaj como patrimonio cultural de Azerbaiyán, se conservan en los principales museos, incluidos el Louvre y el Hermitage, y adornan el Vaticano y la Casa Blanca.

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