Aunque mantener el cuerpo hidratado es primordial, la ingesta excesiva de líquidos resulta en la pérdida de vitaminas y minerales esenciales.
Según Alla Pogozheva, médica del Centro Federal de Investigación de Nutrición, Biotecnología y Seguridad Alimentaria de Rusia, la ingesta excesiva de líquidos también acelera la descomposición de las proteínas.
Beber agua en grandes cantidades puede, incluso, causar una sobrecarga de los sistemas cardiovascular y urinario, agregó la experta.
La médica puso de relieve que, para calmar la sed, es importante no solo la cantidad de líquido, sino también el sabor. Por ejemplo, las bebidas agrias (bebidas de frutas, decocción de frutas, té verde) estimulan la salivación y reducen la sed.
“Estas bebidas, así como el café, el cacao, el té negro y otros, están incluidos en la dieta en forma del llamado líquido libre, que no está contenido en alimentos sólidos y debe ser de 1500 a 2000 mililitros (es decir, de seis a ocho vasos) por día”, añadió.
Investigadores de la Universidad de Monash descubren que beber agua en exceso activa el mecanismo de ‘inhibición de ingesta’.
Pogozheva también detalló que el cuerpo recibe 1 litro de agua de los productos alimenticios, y entre 1 litro y 1 litro y medio del consumo directo de agua, té, leche y sopas para después manifestar que los seres humanos requieren de dos litros y medio de agua al día.
Aunque muchos jamás lo imaginaron, es posible intoxicarse con agua, e incluso morir a causa de su consumo elevado. Para ello, sin embargo, es necesario ingerir más de siete litros de agua al día o superar la razón de un litro y medio por hora.
HispanTV