Según un análisis, que se publicó el fin de semana en la revista médica JAMA Network Open, las estadísticas acumuladas en cuanto a los miles de miembros del Ejército de Estados Unidos que se han quitado la vida en la última década reflejan una preocupante tendencia al alza, tanto entre soldados en activo como en veteranos.
Para atajar este problema, las autoridades estadounidenses solicitaron los servicios de los investigadores de la Universidad de Hawaii que en colaboración con el Departamento de Defensa (el Pentágono) han publicado un estudio que repasa casi 200 años de datos sobre suicidios en el Ejército norteamericano.
El informe revela que ese aumento de suicidio es un fenómeno reciente, especialmente en tiempo de guerra. En este sentido explica el texto que para el periodo 1840-1940 los suicidios entre las tropas en activo siempre disminuyeron durante los periodos de conflicto (Guerra de Secesión, Guerra de Cuba y Primera Guerra Mundial) y la tasa cayó a su nivel más bajo al final de la Segunda Guerra Mundial, 5 muertes por cada 100 000 miembros del servicio.
Sin embargo, aclara que la tendencia comenzó a cambiar en Vietnam (1959-1975) y ha empeorado sensiblemente desde 2001, con el inicio de la guerra en Afganistán y la posterior intervención en Irak (2003) con un fuerte repunte “que supera las tasas anteriores a la Segunda Guerra Mundial y las actuales entre la población civil”. En 2017, conforme al estudio, la cifra alcanzó los 24,3 fallecimientos por cada 1000 soldados.
Así pues, los investigadores sostienen que como posible factor a tener en cuenta del porque los efectivos estadounidenses se quitaban la vida estaría relacionada con la duración de los conflictos.
Por otra parte, el documento se enmarca en un esfuerzo emprendido por el Pentágono para atajar el preocupante aumento de las cifras de suicidio entre miembros del Ejército, que incluye una inversión de 1000 millones de dólares en la búsqueda de soluciones.
En este sentido, el Pentágono señalaba en un informe publicado el pasado septiembre que, una vez ajustados la edad y el género, la tasa entre los soldados es, más o menos, la misma que la del resto de la sociedad.
De hecho, agrega, todos los estudios coinciden en que la población de mayor riesgo son los hombres jóvenes, principal segmento demográfico en los Ejércitos, que en su mayoría eligen un arma como método para acabar con su vida.
HispanTV
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