Los investigadores del país asiático llegaron a esta conclusión tras haber realizado un estudio que involucró a más de 31.000 ciudadanos con una edad media de 62 años. Ninguno de los individuos había sufrido un derrame cerebral antes del inicio de la investigación. Pero en el transcurso de seis años, más de 1.550 personas sufrieron este tipo de ataques.
Los médicos chinos les preguntaron a los participantes acerca del tiempo que solían dormir durante el día y la noche. El 8% de los encuestados respondió que su siesta duraba más de 90 minutos y el 24% tenía el hábito de dormir más de nueve horas durante la noche.
Las personas que regularmente reposaban más de 90 minutos durante el día son 25% más propensas a sufrir un derrame cerebral que las que descansaban de uno a 30 minutos. El riesgo de desarrollar esta enfermedad no era mayor en las personas que tomaban una siesta entre 31 minutos y una hora y las que reposaban entre 1 minuto y media hora.
Los científicos también descubrieron que los individuos que duermen más de nueve horas durante la noche son un 23% más propensos a experimentar un derrame cerebral que las personas cuyo sueño dura entre 7 y 8 horas. Asimismo, el riesgo es un 85% mayor en la gente que suele tomar siesta o dormir mucho durante la noche.
"Estos resultados resaltan la importancia de tener una siesta y duración del sueño moderadas, así como mantener una buena calidad de vida especialmente cuando se habla de adultos de mediana edad o personas mayores", aseguró uno de los autores del estudio, Xiaomin Zhang, de la Universidad Huazhong de Ciencia y Tecnología.
No obstante, Zhang destacó que su investigación no comprueba el hecho de que un sueño y una siesta larga causen derrame cerebral, sino que muestra que están asociados con esta enfermedad. Limitaciones de su estudio derivan del hecho de que la información fue recolectada por medio de una encuesta y no se basó en observaciones directas.
"Son necesarias más investigaciones para entender cómo el tomar siestas largas y el dormir más horas por la noche pueden estar relacionados con un mayor riesgo de sufrir derrame cerebral. Estudios previos revelaron que estos hábitos causan cambios desfavorables sobre el nivel de colesterol y resultan en la circunferencia incrementada de la cintura, que son factores de riesgo para el derrame", recordó.
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