Siria, Rusia e Irán, en el radar del premio Nobel de la Paz

  07 Octubre 2016    Leído: 478
Siria, Rusia e Irán, en el radar del premio Nobel de la Paz
Los Cascos Blancos, la activista Svetlana Gannushkina y los artífices del acuerdo nuclear EEUU-Irán son los más firmes aspirantes al galardón
El acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las Farc, gran favorito, ha quedado excluido de las quinielas tras no lograr el refrendo en el plebiscito
Contradiciendo a la realidad, el pasado parece haber sido un gran año para la paz. Y es que optan al Premio Nobel, que se falla este viernes en Oslo, nada menos que 376 candidatos, de los cuales 148 son organizaciones. Nunca antes ha habido tantos nominados, entre los cuales se encuentra incluso Donald Trump.

El candidato presidencial republicano no parece tener muchas probabilidades. El proceso de paz de Colombia, gran favorito hasta la fecha, las perdió todas el domingo con el rechazo en referéndum al acuerdo firmado entre el Gobierno y las Farc. Así las cosas, analistas y expertos apuntan hacia Siria, Rusia e Irán para elegir a sus favoritos.

Porque, si bien el Comité Noruego del Nobel que concede el prestigioso (y a veces polémico) galardón debe mantener en secreto las identidades de los nominados durante 50 años, quienes los proponen -parlamentarios, rectores y profesores universitarios, miembros de la Corte Internacional, directores de institutos de la paz y antiguos galardonados- sí pueden desvelarlas. De ahí que cada año trascienda una lista variopinta de candidatos, que en esta ocasión incluye también a Susan Sarandon, el Papa Francisco y Edward Snowden.

Este año tiene las mejores papeletas Svetlana Gannushkina, según Kristian Berg Harpviken, director del Instituto de Investigación de la Paz de Oslo (PRIO). Esta matemática rusa fundó en 1990 el grupo de Asistencia Ciudadana, una ONG que lucha por los derechos humanos, en particular de los inmigrantes y refugiados en la sociedad rusa. Como tal "juega un papel importante a la hora de llamar la atención sobre uno de los problemas más desafiantes de nuestro tiempo, en un año en que ACNUR informa de la cifra más alta de todos los tiempos, con 65,3 millones de personas desplazadas en todo el mundo", explica Harpviken.

Para éste, el compromiso de Gannushkina para con los refugiados es "simplemente una extensión de su compromiso de por vida con la justicia, la igualdad y la reconciliación histórica". De hecho, por ese motivo, la activista rusa recibió recientemente el Right Livelihood Award, conocido como el Premio Nobel Alternativo, y lo compartió -además de con la feminista egipcia Mozn Hassan y el periódico independiente turco `Cumhuriyet`- con otro de los justos merecedores del premio: el grupo Defensa Civil Siria, conocido como los `White Helmets` (Cascos Blancos en inglés).

Este colectivo de voluntarios sirios anónimos ha salvado más de 60.000 vidas en la guerra que asola su país. Fundado en 2003, cuenta con 2.900 civiles que operan en siete provincias, arriesgando sus vidas para rescatar a las víctimas de los ataques, entre las que no hacen distinciones. Les lidera Raed al Saleh, siguiendo un lema tomado del Corán: "Salvar una vida es salvar a toda la Humanidad".

El premio no reconocería "sólo sus esfuerzos humanitarios, sino que llamaría la atención sobre las notables -pero rara vez celebradas- fuerzas resilientes de las sociedades golpeadas por los conflictos. Igualmente importante, los Cascos Blancos continúan la tradición de los movimientos de protesta de la no-violencia", explica Harpviken.

Por otra parte, y como ha puesto en evidencia el éxodo de la guerra siria, los griegos del Egeo también han sido propuestos para recibir el galardón. Como el comité sólo acepta grupos específicos o individuos, en tal caso optarían al Nobel de la Paz el Movimiento de Solidaridad Egea, propuesto por Desmond Tutu, así como Emilia Kamvisi de 85 años -por ser símbolo de ayuda y resistencia-, y el pescador Stratis Valiamos por salvar a decenas de refugiados de morir ahogados.

Finalmente, coinciden el historiador noruego experto en los Nobel, Asle Sveen, con el director de PRIO, en que el premio podría ir este año a los arquitectos del Acuerdo Nuclear Iraní de julio de 2015, "probablemente el acuerdo diplomático más notable de tiempos recientes", en palabras del segundo. Si para Sveen los receptores podrían ser Mohammed Javad Zarif, John Kerry y Federica Mogherini, Harpviken sugiere que Ernest Moniz, secretario de Energía de EEUU, y Ali Akbar Salehi, jefe la Organización de la Energía Atómica de Irán, son los merecedores.

"Ambos han utilizado su pasado común en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) para alcanzar un acuerdo, a pesar de las diferencias y las largas quejas entre sus respectivos países. Un excelente ejemplo de diplomacia científica, del que el mundo espera recoger los beneficios en los próximos años", concluye.

El Mundo

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