Más de 300 familias de 38 estados de EE.UU. perdieron la custodia de sus hijos a causa de acusaciones de abuso infantil basadas en informes erróneos o exagerados, según revelaron testimonios recogidos por los medios NBC News y Houston Chronicle, que informan que el problema tiene alcance nacional.
El reporte se centra en el trabajo de los pediatras de abuso infantil, una subespecialidad médica dedicada a proteger a los niños e introducida hace una década por la Junta Estadounidense de Pediatría. Actualmente, en el país norteamericano, donde cada año 1.700 niños mueren por abuso o negligencia, trabajan unos 375 especialistas de este tipo, que colaboran con las agencias estatales de bienestar infantil. Parte de su trabajo consiste en notificar a las autoridades cuando sospechan que un niño puede haber sufrido abusos, diagnosticando la afección médica del niño e indicando su causa.
Cualquier diagnóstico erróneo de abuso infantil puede devastar a las familias, publica la cadena NBC. Los reporteros encontraron casos en los que estos especialistas exageraron el grado de certeza de sus sospechas introduciendo en los informes términos como "100 por ciento" para describir conclusiones que en realidad no podían ser probadas con tanta seguridad.
Algunas familias que pudieron pagar abogados o expertos médicos para revisar sus casos siguen apartadas de sus hijos, y otras que consiguieron recuperar la custodia tuvieron que solicitar préstamos por valor de decenas o cientos de miles de dólares para costear los honorarios de los juristas.
La cadena relató la historia de unos padres del estado de Michigan que fueron separados de su hijo de tan solo dos semanas después de que un doctor observara unas marcas en el abdomen del pequeño y lo denunciara como "diagnóstico de abuso físico". El bebé volvió a su familia meses después por orden del juez, ya que se reveló que las lesiones probablemente fueron causadas por una mecedora.
"Nos hicieron sentir como si fuéramos monstruos", compartió su experiencia Vivianna Graham, una maestra y madre de Florida que en 2015 perdió temporalmente la custodia de su hijo de cuatro meses como consecuencia de un informe médico erróneo. En aquel entonces, la Policía acusó al esposo de Graham de abuso infantil grave, pero otros tres médicos que después revisaron los registros a pedido de la familia no encontraron ninguna prueba de abuso.
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