Esta antigua espía soviética previno esos magnicidios junto con otros compañeros en 1943, cuando participó en un operativo para asegurar la Cumbre de Teherán (Irán) y evitó un atentado que prepararon los servicios especiales de la Alemania nazi.
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Las autoridades rusas destacan la gran aportación de la fallecida cuando lograba información básica para los intereses y la seguridad de su país y recuerdan que a los 16 años formó parte de un grupo antifascista encabezado por su futuro esposo, Gevork Vartanián.
Ocho años después, las autoridades soviéticas enviaron al matrimonio Vartanián para que sus dos integrantes se graduasen en el Instituto de Lenguas Extranjeras de Ereván (Armenia). Posteriormente, ambos sirvieron durante muchos años en distintos países con los seudónimos 'Anita', 'Henri' y 'Amir'. RT
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