El consumo de vino afecta significativamente la calidad del sueño

  26 Noviembre 2019    Leído: 787
El consumo de vino afecta significativamente la calidad del sueño

El consumo de vino ha sido analizado en múltiples ocasiones por diferentes equipos científicos alrededor del mundo. Muchos les han otorgado propiedades con beneficios cardiológicos, mientras que otros lo responsabilizan de generar dificultades a la hora de dormir.

Ahora un nuevo informe que ha sido publicado en el Daily Mail señala que el alto consumo de alcohol, es decir, 2 vasos de vino para las mujeres y 3 para los hombres, disminuye la calidad del sueño hasta en un 39,2%, incluso entre los jóvenes.

Para el profesor Tero Myllymaki, de la Universidad de Tecnología de Tampere (Finlandia) y coautor del estudio, “cuando una persona es joven y físicamente activa es fácil o hasta natural sentirse invencible. No obstante, los análisis han demostrado que a pesar de ser joven cualquier persona es susceptible a los efectos perjudiciales del alcohol, especialmente en la recuperación cuando se duerme”.

En ese orden de ideas, Myllymaki hizo referencia a la relación que existe entre la cantidad y la calidad del sueño. “Sabemos que no es posible sumar horas al dormir, pero sí es posible hacerlo de forma más eficiente. Los cambios pueden ser pequeños, pero si son en la dirección correcta, pueden generar un impacto muy positivo”, destacó el académico.

Menor consumo
Los investigadores también colocaron la lupa a la ingesta de alcohol en pequeñas cantidades y determinaron que tomar poco también tiene consecuencias negativas en el organismo.

De acuerdo a los resultados obtenidos cuando la mujer toma solo 1 copa y el hombre 2, la calidad del sueño se reduce en un 24%. Esta cantidad de vino es considerada como moderada. Quienes toman aún menos cantidad ven afectado su calidad de sueño en un 9,3%.

El estudio
Para elaborar el estudio los expertos analizaron a 4.098 adultos con edades comprendidas entre los 18 y 65 años. Todos emplearon dispositivos que permitían medir el ritmo cardíaco durante al menos 2 noches. El consumo de alcohol solo se efectuó en 1 de ellas.

Después de estudiar el sueño de las personas durante las primeras 3 horas, los investigadores determinaron que las dificultades del sueño también se relacionaron con la depresión y la ansiedad.


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