Un equipo internacional de científicos ha demostrado por primera vez que la grasa se acumula en las vías respiratorias, particularmente en personas con sobrepeso u obesidad, según un estudio publicado esta semana en la revista European Respiratory Journal.
Ya se sabía que las personas con índices de masa corporal altos tienen un mayor riesgo de sufrir sibilancias (ruidos al respirar) y asma, pero hasta ahora se desconocían las causas.
Los responsables de la nueva investigación sugieren que el tejido graso altera la estructura de las vías respiratorias, y esto podría ser una de las razones del incremento del riesgo de padecer asma.
Los científicos analizaron muestras de pulmón ‘post mortem’ que habían sido donadas para investigación. Se estudiaron muestras de 52 personas, incluidas 15 que no habían reportado asma, 21 que tenían asma pero murieron por otras causas y 16 que fallecieron de asma.
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