El primer ministro británico, Boris Johnson, ha sido subestimado en tantas ocasiones que ha convertido la capacidad de sorprender con la guardia baja a sus rivales en un arma política de precisión. La necesitará de nuevo el próximo sábado, a partir de las 10.30, hora peninsular española, cuando el Parlamento británico se reúna para votar el acuerdo alcanzado por Johnson con Bruselas. 320 diputados es la cifra mágica de la mayoría. A la hora de hacer cálculos debe tenerse en cuenta que la disciplina de voto brilla por su ausencia en Westminster. Ningún diputado puede darse por seguro hasta el último momento.
La Cámara de los Comunes tiene 650 miembros. Sin embargo, 11 de ellos se descartan a la hora de calcular mayorías. Siete de estos pertenecen a los republicanos norirlandeses del Sinn Féin, que no ocupan sus escaños. Los otros cuatro son el speaker (presidente) de la Cámara, John Bercow, y el resto de miembros de la Mesa del Parlamento.
Las fuerzas de Johnson
Theresa May abandonó Downing Street y dejó a su sucesor en herencia una mayoría minoritaria en Westminster. Contaba con 287 diputados conservadores. Cerró un pacto de legislatura con los unionistas norirlandeses del DUP, que cuentan con diez escaños. Total: 297 votos.
Sin embargo, cuando una mayoría de diputados impuso a Johnson el mandato legal de solicitar a Bruselas una nueva prórroga del Brexit si no lograba un acuerdo, 21 conservadores moderados, los llamados "rebeldes", votaron con la oposición. Todos ellos fueron expulsados del partido. En teoría, ya no son escaños a favor del Gobierno (en teoría). Y el DUP ha anunciado oficialmente que no respaldará el nuevo acuerdo alcanzado con Bruselas. Rechaza las nuevas medidas aduaneras y regulatorias impuestas a Irlanda del Norte, así como la vía decidida para que su Asamblea regional pueda tener voz en ese acuerdo. Total: 266.
La escalada de Johnson necesitará conquistar 54 diputados.
Las fuerzas de la oposición
La suma total de votos válidos de la oposición supone 341 diputados. Si se añaden los 21 conservadores "rebeldes", el total es de 362 escaños.
Los laboristas suman 245; los nacionalistas escoceses del SNP, 35; los Liberales Demócratas, 19; los galeses del Plaid Cymru, 4; el partido verde, 1; el grupo Independientes por el Cambio, 5; finalmente, el resto son independientes y alcanzan los 35 escaños (Importante: entre estos independientes están los tres vicepresidentes —o sustitutos— de la Mesa, que no votan).
Los tres resultados de May
La ex primera ministra sometió a votación su plan del Brexit hasta en tres ocasiones. Estos fueron los resultados:
15 de enero de 2019: 202 votos a favor del plan, 432 en contra.
12 de marzo de 2019: 242 votos a favor del plan, 391 en contra.
29 de marzo de 2019: 286 votos a favor del plan, 344 en contra.
Si se presume que Johnson pueda retener el último resultado logrado por May, todavía mucho suponer, necesitaría entonces obtener un resto de 34 diputados.
La posición de los euroescépticos
La corriente de los conservadores que forma parte del llamado European Research Group (Grupo de Estudios Europeos, ERG en sus siglas en inglés), liderado por Jacob Rees-Mogg, supone alrededor de 80 diputados. Pero de ellos, la línea dura la componen 28 diputados, los llamados "espartanos", opuestos a cualquier atisbo de concesión a la UE. Normalmente han vinculado su voto al de los unionistas norirlandeses del DUP. Rechazaron las propuestas de May en las tres ocasiones, incluida la última, que el resto de sus compañeros del ERG decidieron apoyar.
Sin embargo, los "espartanos" consideran a Johnson uno de los suyos y podrían estar dispuestos, en esta ocasión, a votar más a la persona que al contenido del plan que les propone. El primer ministro tiene intención de cortejarles hasta la extenuación en las próximas horas. Ocho de ellos ya han confirmado que le respaldarán.
La posición de los “rebeldes”
Cuando esos 21 diputados conservadores decidieron romper filas y votar, junto a la oposición, para forzar a Johnson a que solicitara una nueva prórroga a Bruselas, su principal preocupación era la de un Brexit desordenado y sin acuerdo. Muchos de ellos no son partidarios de la permanencia en la UE. El Gobierno, que decidió expulsarles del partido, confía en poder rescatar para su causa a la gran mayoría, aunque no a todos.
La posición de los laboristas defensores de la salida de la UE
Durante el pasado año, el mito de un supuesto grupo de diputados laboristas que votarían con el Gobierno conservador y a favor del Brexit fue una constante. Se especulaba con que fueran hasta 20, temerosos todos ellos de una reacción airada de los votantes de sus respectivas circunscripciones, que habían respaldado mayoritariamente la salida de la UE en el referéndum de 2016.
Llegada la hora de la verdad, solo cinco de ellos respaldaron el acuerdo de Theresa May en una tercera votación.
Sin embargo, después de la llegada de Johnson a Downing Street, acumulado tanto hastío general ante una crisis que amenazaba con no terminar nunca, y con la amenaza del adelanto de unas elecciones generales, 19 laboristas redactaron una carta pública en la que se comprometieron a respaldar un posible acuerdo del Brexit. Johnson confía en poder tenerlos de su lado. Ellos serían la clave.
Cábala final
En un Parlamento imprevisible, caótico y dado a las sorpresas, el equipo de Johnson se muestra confiado. Sus cuentas aproximadas agregan a los 286 votos conservadores de la última votación de May una mayoría de los 28 "espartanos", otra mayoría de los 21 "conservadores rebeldes" y bastantes de los 19 laboristas favorables al Brexit. Suficientes, creen, para compensar la pérdida de los 10 diputados unionistas norirlandeses.
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