La Academia Sueca entrega hoy los Nobel de Literatura de 2018 y 2019

  10 Octubre 2019    Leído: 847
  La Academia Sueca entrega hoy los Nobel de Literatura de 2018 y 2019

Las tradicionales quinielas sitúan a las autoras Maryse Condé, Anne Carson y Can Xue entre las favoritas, además del eterno candidato Haruki Murakami.

La Academia Sueca anunciará hoy a los ganadores del Premio Nobel de Literatura de 2018 y 2019. Alrededor de las 13.00 está previsto que Mats Malm, secretario permanente de la institución, informe de qué escritores pasarán a formar parte de ese club exclusivo, que el año pasado se vio envuelto en tal escándalo que obligó a suspender el galardón. Aquella interrupción ha convertido la jornada de hoy en una sesión excepcional, rodeada de gran expectación. El número de escritores que aguardan la llamada probablemente sea el mismo pero las posibilidades de recibirla son mayores. Quizá por ello el desconcierto en las quinielas parece que también se ha multiplicado. Tanto es así que la casa de apuestas Ladbrokes este año ha decidido no incluir el Nobel, así que otra compañía, Nice Odds, ha tomado el testigo.

La escritora de la isla de Guadalupe Maryse Condé parte como una de las grandes favoritas junto a la poeta Anne Carson, la china Can Xue (pseudónimo de la autora Deng Xiaohua), la polaca Olga Tokarczuk o la rusa Lyudmila Ulítskaya. El veterano autor keniata Ngugi wa Thiong’o ha aparecido en las listas de probables ganadores desde hace años pero esta vez el octogenario ha vuelto a situarse a la cabeza de las listas. La canadiense Margaret Atwood, el japonés Haruki Murakami, el checo Milan Kundera y el español Javier Marías son eternos aspirantes al galardón y podrían encajar en la línea del último premiado en 2017, Kazuo Ishiguro, un nombre que resulta familiar para millones de lectores. En las listas aparecen también autores escasamente traducidos al castellano, como el poeta coreano Ko Un, junto a César Aira, que sería el primer argentino en recibir este galardón.

Nada está descartado. Y más desde que, en 2016, la institución sorprendió al mundo concediendo el premio al músico Bob Dylan. Este octubre el académico sueco Anders Olsson subrayó que la diversidad era una de las prioridades que se había marcado el comité. “Necesitamos ampliar nuestra perspectiva”, afirmó en los medios. “Hemos tenido una visión eurocéntrica de la literatura y ahora estamos mirando por todo el mundo. Anteriormente, estábamos más enfocados en los hombres. Ahora hay tantas mujeres que son realmente excelentes”.

La entrega del galardón correspondiente a dos años distintos, inédita en la historia del premio, que se concede desde 1901, se debe al escándalo sexual y de presuntas filtraciones que sacudió la institución en noviembre de 2017. El diario sueco de mayor tirada, Dagens Nyheter, publicó entonces un reportaje en el que 18 mujeres acusaban de abusos y acoso sexual a Jean-Claude Arnault, marido de la académica Katarina Frostenson, y él mismo muy próximo a la institución. Contra Arnault, ciudadano francés de 72 años, toda una celebridad en los ambientes culturales de Estocolmo, poseedor de alguna de las más altas distinciones suecas, se habían formulado ya denuncias anónimas una década antes, en otro diario sueco, sin que la Academia se viera cuestionada por ello. Pero a finales de 2017, las denunciantes habían aumentado hasta 18 y el movimiento MeToo había llegado para cambiarlo todo.

Una investigación interna a la Academia concluyó que Frostenson había incurrido en conflicto de intereses al ser copropietaria con su marido de Forum, una especie de club cultural influyente en Estocolmo, generosamente financiado por la institución. Y hubo de abandonar su puesto en la Academia ante las acusaciones de haber filtrado información reservada sobre los Nobel a su cónyuge. Arnault, mientras, cumple una condena de dos años y medio por dos delitos de violación (la mayoría de los hechos denunciados habían prescrito o no pudieron substanciarse) en un penal destinado a convictos por delitos sexuales.

El escándalo forzó un periodo de reflexión y un cambio profundo. Se precipitaron dimisiones en una institución cuyos cargos eran vitalicios. Varios periódicos informaron además de que Arnault había filtrado en distintas ocasiones los nombres de los ganadores. Pero aquella cotizada información debió de mantenerse en un círculo muy cerrado, porque para la gran mayoría la noticia del Nobel siempre cae como una sorpresa. “No se puede tener nada previsto porque son siempre muchos los que pueden ganar y muchos los que iban a ser seguros como Amos Oz y Philip Roth y nunca lo recibieron”, explica al teléfono Verónica García de Machado, grupo de distribución. “Nada más recibir la noticia contactamos con el editor para que mande todos los libros que pueda del ganador y empezamos a recibir pedidos. Es raro que haya más de 5.000 libros disponibles”.

Hoy muchos se acercarán buscando obra de los ganadores, pero puede que como ocurrió con Svetlana Alexiévich y su libro sobre Chernóbil, haga falta una serie de televisión para que despegue como fenómeno editorial.

elpais


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