"Ayotzinapa somos todos, ni perdón ni olvido", rezaba una de las pancartas de los manifestantes que también portaban fotografías gigantes de los 43 jóvenes.
Las padres de los jóvenes encabezaron una misa en el monumento al Ángel de la Independencia antes de recorrer el Paseo de Reforma hacia la plaza principal del Zócalo, donde realizaron un mitin frente al Palacio Nacional, sede del Gobierno federal.
Con el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador "hay esperanza y esperamos resultados que nos lleven al paradero de los muchachos", dijo uno de los oradores en el acto.
Los contingentes de estudiantes que acompañaron a defensores de derechos humanos procedían de universidades e institutos de educación pública que pronunciaban los nombres de los 43 jóvenes y exclamaban el grito de "¡presentación con vida …, justicia!".
La noche del 26 de septiembre de 2014, los estudiantes de esa escuela de magisterio de la región montañosa del sureño estado de Guerrero "ocuparon" cinco autobuses en la ciudad de Iguala para viajar a la capital a la marcha anual de conmemoración de la masacre de universitarios en la Plaza de Tlatelolco el 2 de octubre 1968.
"¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!", proclamaban los manifestantes, inconformes con la falta de justicia y verdad del caso de desaparición forzada.
Hace cinco años los jóvenes fueron objeto de ataques de policías de Iguala, 220 km al sur de la capital, y de otros municipios colindantes, que causaron seis muertos, tres de ellos estudiantes, y 25 heridos, algunos con lesiones de por vida, y 43 estudiantes fueron entregados al grupo narcotraficante local autodenominado Guerreros Unidos, que los hicieron desaparecer; su destino no se ha esclarecido aún.
Algunos encapuchados de corte anarquista, que marcaron la A en un círculo y letreros de "Viva la insurrección", ajenos a los manifestantes, aprovecharon la ausencia de vigilancia policial para manchar con siglas diversas los monumentos y edificios del centro histórico de la capital.
Antes de la manifestación que se ha repetido en esta fecha los últimos cinco años, madres de las víctimas de desaparición forzada hablaron en la tribuna de la Cámara de Diputados y pidieron a la Fiscalía General de México dinamizar las investigaciones consideradas irregulares y acciones legales contra los funcionarios públicos que "obstaculizaron el conocimiento de la verdad".
Los familiares leyeron el pronunciamiento Entre la mentira y la esperanza, cinco años luchando por verdad y justicia para los 43, en el que también exigen que la secretaría de la Defensa Nacional tenga "apertura para que sus elementos militares implicados sean investigados y se deslinden responsabilidades".
"Queridos hijos, los llevamos en el corazón y no descansaremos hasta encontrarlos, así tengamos que dar la vida", dijo una madre, Hilda Legideño.
El Gobierno de México ofreció este jueves recompensas por casi 77.000 dólares por cualquier información de los 43 desaparecidos y más de medio millón de dólares por uno de los atacantes, Alejandro Tenescalco Mejía, quien era policía de Iguala.
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