Las sospechas de plagio han aparecido en el contexto de la presentación de candidaturas a la presidencia del Partido Socialdemócrata (SPD), a la que Franziska Giffey aspira, y cuyo plazo de presentación termina el 1 de septiembre. La plataforma anónima Vroniplag, en beneficio de otros candidatos más radicales dentro del SPD, ha asegurado que sus «internautas voluntarios» han detectado pasajes problemáticos en 49 de las 200 páginas del texto de la tesis con la que Giffey se doctoró en Ciencias Políticas en 2009, una investigación sobre el trabajo de la Comisión Europea orientado hacia la sociedad civil. Giffey niega el plagio, pero de antemano ha ofrecido su dimisión, tanto a su partido como a la canciller federal Angela Merkel, además de solicitar a la Universidad Libre de Berlín la revisión de su tesis, un proceso de control cuyo resultado será todavía necesario esperar varios meses y del que dependerá que la dimisión se haga finalmente efectiva.
«Giffey es sin duda la más popular entre los seis ministros que tiene el SPD en la gran coalición. Y este era un momento esencial en su carrera política, la coyuntura perfecta en la que pasar del Ministerio de Familia a la presidencia de su partido y desde ahí a una candidatura a la Cancillería», comenta la especialista en asuntos socialdemócratas deTagesspiegel Maria Fiedler, «pero eso ahora es ya imposible, la mera sospecha de que el contenido de la tesis no sea suyo al completo a inhabilita ante los suyos, de manera que ahora todos giran la mirada y buscan otros posibles candidatos de prestigio, como Scholz o Maas».
«La ministra de Familia, Franziska Giffey, ha renunciado a presentar su candidatura a la presidencia del SPD», confirmaba anoche la presidenta en funciones del partido, Malu Dreyer, pasando a leer el contenido de una carta que la propia Giffey ha dirigido a su partido para explicar su decisión. «Durante toda mi trayectoria política, durante mi trabajo en el distrito de Neukölln, siempre he estado a favor de mantener posiciones claras ante casos problemáticos», justifica en la misiva, en la que establece la línea de actuación en la que quiere lidiar con la situación y en la que promete que seguirá «trabajando duro por el SPD que mantendrá su “compromiso voluntario con todas mis fuerzas», pero sin ocupar cargos.
En la misma carta, la ministra deja claro que su decisión está destinada a evitar que el proceso de revisión de su tesis doctoral «eclipse o sobrecargue el proceso de reorganización del SPD». «Con esto está demostrando que es una socialdemócrata de los pies a la cabeza», ha defendido su posición Malu Dreyer, «realmente aprecio a Franziska Giffey, que con este paso nos está demostrando una vez más su honestidad y su sencillez».
Más casos de plagios
No es la primera vez que las dudas sobre la autoría de un trabajo terminan con la carrera política de una destacada figura en Alemania. Las acusaciones de plagio pusieron en el pasado fin abrupto a las carreras de dos ministros de Merkel, el de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg, en 2011, y la de Ciencia e Investigaciòn, Annette Schavan, en 2013. El caso de zu Guttenberg, de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y en su momento el ministro estrella de Merkel, generó un gran debate nacional tanto a escala política como en el ámbito científico. Schavan, persona muy cercana a Merkel, también optó por retirarse, pese a asegurar que no cometió plagió, pero por considerar que no podía seguir en el cargo por la controversia jurídica en que estaba inmersa.
Entre las normas no escritas de la política alemana figuraba el principio según el cual la mera sospecha tenía suficiente peso para impulsar una dimisión, aunque la plataforma Vroniplag ha demostrado en los últimos años que está dispuesta a abusar de ese principio destinado a mantener la limpieza e higiene de la actividad política, con acusaciones que después han resultado falsas. Ese es el caso, por ejemplo, de las dudas que sembró en internet sobre la tesis doctoral deUrsula von der Leyen, actual presidenta de la Comisión Europea y exministra sucesivamente de Familia, Trabajo y Defensa de Merkel. El tribunal universitario que revisó ese trabajo refutó una por una las acusaciones y puso de manifiesto que los acusadores anónimos no podían sostenerlas ni probarlas. A partir de ese caso, la política alemana considera aceptable una distancia provisional del político afectado hasta que culmine el juicio por parte de la autoridad académica o editorial competente.
En el caso de Giffey, la Universidad Libre de Berlín lleva examinando el trabajo de doctorado desde el pasado mes febrero, inmediatamente después de que surgieran las sospechas, pero probablemente el examen no se completará antes de septiembre y ese es el estrecho lapso de tiempo que, en coincidencia con la presentación de candidaturas del SPD, ha llevado a la ministra a tomar la dolorosa decisión.
abc
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