Según alertan dos estudios publicados el lunes en la revista The Lancet, una nueva cepa resistente a los medicamentos, conocida como Plasmodium Falciparum, ha evolucionado y se está extendiendo por la región.
“Descubrimos que se había propagado agresivamente, reemplazando a los parásitos locales de la malaria y que se había convertido en la cepa dominante en Vietnam, Laos y el noreste de Tailandia”, después de propagarse rápidamente desde Camboya, explica el doctor Roberto Amato, del Instituto Británico Wellcome Sanger, citado por la agencia de noticias Reuters.
La investigación ha puesto de relieve que en algunas zonas de los países afectados la concentración de parásitos de malaria resistente a los medicamentos excede el 80 % de la población local total de parásitos. Asimismo, los científicos determinaron que la cepa había incorporado nuevas mutaciones genéticas, gracias a las cuales podría volverse aún más resistente a los fármacos.
Pese a las noticias desalentadoras asociadas a la lucha contra los parásitos maláricos, en mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció a Argentina y Argelia (convirtiéndola en el segundo país africano certificado) como libres de malaria. Sin embargo, la nueva amenaza de que la nueva cepa pueda amenazar al continente africano inquieta a los expertos.
“Esta cepa parasitaria enormemente resistente es capaz de invadir nuevos territorios y adquirir nuevas propiedades genéticas, lo que aumenta la posibilidad aterradora de que pueda extenderse a África [...] como en la década de 1980, contribuyendo a millones de muertes”, indicó el profesor Olivo Miotto de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido.
La enfermedad, también conocida como paludismo, la propagan mosquitos infectados, contrayéndose a través de sus picaduras. Según estimaciones de la OMS, la malaria sigue siendo una de las principales causas de muerte en el mundo, con aproximadamente 219 millones de casos y más de 400 000 muertes (el 60 % de menores de cinco años).
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