¿Por qué todos ven 'Chernobyl' y en qué medida refleja los hechos?

  05 Junio 2019    Leído: 537
¿Por qué todos ven

La "mejor serie de la historia" combina una trama emocionante con atención en los detalles y dramatización de los hechos.

Este lunes se estrenó el quinto —y último— episodio de la miniserie de la cadena HBO 'Chernobyl', que narra la explosión del cuarto reactor de la central nuclear de Chernóbil, en la Ucrania soviética, en 1986.

Después de los cuatro primeros episodios trasmitidos desde el 6 de mayo, 'Chernobyl' ha encabezado la lista de las series mejor valoradas en IMDB convirtiéndose, con sus 9,6 puntos sobre 10, en la mejor de la historia, a juicio de la auditoria del portal. Las puntuaciones de los espectadores de Rotten Tomatoes (4,8/5) y Metacritic (9,6/10) también muestran que el público la ha aceptado con entusiasmo. Además de la valoración, la trama ha recibido el espaldarazo del público, alcanzando altos índices de audiencia.

Con todo eso, las valoraciones de los periodistas, aunque también predominantemente positivas, no son tan unánimes.

Así, Rotten Tomatoes indica que de las 20 opiniones de periodistas de primera línea, 2 son negativas. Según Metacritic, que ha analizado 26 reseñas, 'Chernobyl' obtiene 83 puntos de 100.

Cualquiera que sea la opinión de los críticos, el drama obviamente ganó una gran audiencia —casi 1,2 millones de espectadores en EE.UU. durante la trasmisión del cuarto episodio el pasado lunes—, lo que se reflejó en la Red. Google Trends registró un ascenso fenomenal de la frecuencia de la búsqueda "Chernobyl" a escala mundial, lo que coincidió con el lanzamiento de la serie.

¿Por qué causó tanto interés y en qué medida es exacta en su narración de los eventos?

Trama intensa
Casi todos los críticos destacan la intensidad de la historia creada por Craig Mazin, que había escrito previamente casi exclusivamente comedias.

La línea principal se desarrolla en torno al enfrentamiento entre dos académicos, Valeri Legásov (Jared Harris) y Ulyana Jomyuk (Emily Watson), acompañados por el viceministro Boris Shcherbina (Stellan Skarsgard), por un lado, y el aparato burocrático de la Unión Soviética, lento en admitir la escala de la catástrofe y tomar las medidas necesarias en el momento, por el otro.

Las historias complementarias, que narran lo que ocurrió a los participantes de los eventos —desde los empleados de la central hasta los soldados movilizados para liquidar las consecuencias de la explosión— se basan en documentos y relatos de testigos. Por ejemplo, la historia del bombero Vasili Ignatenko (Adam Nagaitis), muerto por radiación, fue reconstruida con base en el testimonio de su esposa Lyudmila (Jessie Buckley), tomado del libro 'Voces de Chernóbil' de la periodista bielorrusa Svetlana Alexievich.

"Chernóbil era muchas cosas. Fue una historia de terror y fue un 'thriller' político y una historia de amor", cita Decider a Mazin.

"La verdad sobre lo que pasó existía en varios niveles. Estaba la verdad en el Kremlin y estaba la verdad en la habitación del hospital entre un marido y una mujer, y estaba la verdad dentro de un reactor que se está desmoronando", comentó el escritor.

Precisión en los detalles
El rodaje, que tuvo lugar en Ucrania y Letonia, no solo utilizó las estructuras reales de la época soviética, sino también intentaba recrear hasta los pormenores más minuciosos de la vida y el ambiente de la década de 1980.

"Cada pequeño detalle, desde las letras blancas en las puertas de la planta de metales pesados, hasta los vasos mal ajustados de Legásov, pasando por el destartalado escurridor de platos de la cocina en Prípiat de Lyudmilla Ignatenko, es absolutamente fiel a la época, al igual que los trajes diseñados por Odile Dicks-Mireaux", subraya Jennifer Eremeeva de The Moscow Times.

De hecho, una reconstrucción comparable no ha sido efectuada ni en las películas rusas, opina el periodista estadounidense Slava Malamud, que creció en la Unión Soviética: "'Chernobyl' no solo es más realista que cualquier otra película/serie occidental sobre Rusia, sino que es más realista que cualquier cosa que los rusos hubieran hecho sobre sí mismos, al menos en este tema".

Lo mismo se puede decir de la recreación de las consecuencias de la explosión del reactor, según la doctora Claire Corkhill, de la Universidad de Sheffield, citada por Sky News: "Hay pequeños detalles científicos que son realmente precisos. Había una escena con el techo mostrando todos los escombros, el grafito, el metal retorcido. Han hecho su investigación. Y cuando mostró al bombero expuesto a la radiación y muy enfermo desde el principio, esto es 100% cierto".

Dramatización deliberada
Sin embargo, tanto expertos como liquidadores indican que la trama principal contiene varias discrepancias que distorsionan los hechos, cambiando la historia para hacerla más atractiva para el espectador.

Así, según Adam Higginbotham, autor de un libro superventas sobre la catástrofe, "hay mucha ficción y exageración para un efecto dramático".

En realidad, afirma el escritor, sería injusto decir que las disputas sobre la liquidación de las consecuencias de la explosión se desarrollaban principalmente entre los investigadores y los funcionarios.  

"La comisión gubernamental estaba integrada por numerosos ministros, científicos y oficiales militares. […] El verdadero conflicto fue entre Legásov y otro científico de alto nivel que no se ha visto hasta ahora en la serie", explica.

Además, el KGB —que actúa en 'Chernobyl' como un obstáculo para el estudio de las causas de la tragedia—, de hecho, coordinaba la investigación.

"No había necesidad de que una cruzada de denunciantes descubriera las causas del accidente", sintetiza Higginbotham.

Otro detalle de mera ficción es la figura de Jomyuk, "carácter compuesto" según confirmó Mazin, que en realidad nunca existió.

Su actuación tampoco no parece creíble, opina el crítico televisivo Mike Hale: "Está en todas partes al mismo tiempo, irrumpiendo en la comisión investigadora, participando en reuniones con Gorbachov, haciendo redadas en los archivos del Gobierno, entrevistando a ingenieros en sus camas de hospital, descubriendo sin ayuda la historia secreta del reactor defectuoso".

"Al final, sin embargo, nada de esto importa realmente", opina Henry Fountain de The New York Times: "La miniserie tiene razón en una verdad básica: que el desastre de Chernóbil fue más sobre mentiras, engaños y un sistema político en descomposición". RT


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