AZERTAC presenta la declaración.

Han pasado 25 años desde el alto el fuego entre Armenia y Azerbaiyán concluido el 12 de mayo de 1994. El anuncio de una cesación del fuego en la zona de conflicto está relacionado en gran medida con cuestiones como la cesación de todas las hostilidades, la retirada de las fuerzas de ocupación, el despliegue de personal internacional de mantenimiento de la paz, el restablecimiento de las comunicaciones, el regreso de los desplazados internos y la continuación de las negociaciones sobre una solución definitiva del conflicto.

Esto significa que la cesación del fuego es un enfoque amplio en el contexto de los objetivos mencionados. En otras palabras, el respeto de la cesación del fuego no significa sólo el fin del disparo de armas, sino la retirada de las tropas de la zona de conflicto y evitación de acciones que contribuyan a la intensificación de la ocupación, así como acciones que impidan el regreso de los desplazados internos a sus hogares históricos.

A pesar de la cesación del fuego, sigue en curso la ocupación de una quinta parte de nuestros territorios internacionalmente reconocidos, que ha llevado a la depuración étnica de los azerbaiyanos que viven en Nagorno-Karabaj y zonas adyacentes en los últimos 25 años. Las fuerzas armadas armenias siguen existiendo ilegalmente en Azerbaiyán.

La agresiva Armenia rechaza las exigencias de la comunidad internacional, incluidas las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que son responsables de garantizar la paz y la seguridad internacionales. El statu quo creado como resultado de la ocupación de los territorios azerbaiyanos es inestable e inaceptable, como señalan reiteradamente los dirigentes de los países copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE.

Una cesación del fuego también implica la aceleración de las negociaciones para resolver el conflicto. Evidentemente, una cesación del fuego no es una solución al conflicto, sino que crea las condiciones para la acción inmediata en el camino hacia la solución del conflicto. Sin embargo, a lo largo de los años, Armenia se ha negado sistemáticamente a entablar negociaciones sustantivas dirigidas a la solución del conflicto y a retirar sus tropas inmediata y completamente de los territorios ocupados de Azerbaiyán como lo exige la comunidad internacional.

Armenia debe poner fin a su política de agresión y depuración étnica, seguir sus intentos de engañar a su pueblo y a la comunidad internacional, cumplir sus obligaciones internacionales y comenzar las negociaciones lo antes posible.

Garantizar la integridad territorial dentro de las fronteras internacionales de Azerbaiyán, devolver a los desplazados internos a sus hogares y promover la coexistencia pacífica entre las comunidades azerbaiyana y armenia de Nagorno-Karabaj, mantenimiento de las relaciones normales de buena vecindad entre Armenia y Azerbaiyán y de la paz son la base del desarrollo en la región.

Cabe señalar que el conflicto entre los dos países del Cáucaso Sur surgió en 1988, debido a las pretensiones territoriales de Armenia contra Azerbaiyán. La región de Nagorno Karabaj y siete regiones adyacentes, el 20 por ciento del territorio de Azerbaiyán sigue bajo la ocupación de las fuerzas armadas de Armenia.

En mayo de 1994 las partes concluyeron el régimen de alto el fuego y todavía bajo la égida del grupo Minsk de la OSCE y la copresidencia de Rusia, Francia y Estados Unidos siguen manteniendo las negociaciones de paz aún fracasadas. 4 resoluciones adoptadas por ONU tocante a la liberación de Nagorno Karabaj y 7 territorios adyacentes hasta ahora no se cumplen por Armenia.

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