Los estadounidenses continúan muriendo en cantidades sin precedentes debido a los opioides recetados y, cada vez más, la heroína y el fentanilo fabricados ilícitamente, a pesar de las medidas agresivas de salud pública para contener la crisis, lo que habla de la complejidad y naturaleza evolutiva de esta epidemia.
De acuerdo con los datos recopilados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., las muertes aumentaron particularmente entre 2013 y 2016, cuando algunas partes del país vieron cinco veces el número de jóvenes que sucumbían a los opioides.
Los opioides recetados estuvieron implicados en el 73 por ciento de las muertes (6561) y la mayoría de los decesos fueron involuntarios (casi el 81 por ciento).
Muchas de las muertes se produjeron entre hombres blancos no hispanos, pero con el tiempo los niños negros no hispanos representaron una mayor proporción de los óbitos.
Las tasas más altas de mortalidad anual durante los 18 años examinados en el estudio fueron entre adolescentes de 15 a 19 años, con la heroína implicada en casi 1900 muertes.
El estudio se basó en datos de certificados de defunción, por lo que existe la posibilidad de una clasificación errónea de la causa y la forma de fallecimiento.
Los investigadores instan a los legisladores, funcionarios de salud pública, clínicos y padres a implementar medidas de protección para abordar el creciente problema de salud pública.
HispanTV.es
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