Donald Trump no quiere problemas en uno de los grupos de mayor influencia dentro de sus bases, el «lobby» de las armas, y ha intervenido en la crisis que vive su máximo exponente, la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en sus siglas en inglés).

El presidente de EE.UU. ofreció un discurso el viernes en Indianápolis en el inicio de la conferencia anual de la NRA, en un fin de semana que acabó siendo explosivo para esta organización. El presidente, Oliver North, anunció que no se presentaría para su reelección en medio de una guerra abierta con el director ejecutivo, Wayne LaPierre, con acusaciones cruzadas de uso fraudulento de fondos de la NRA. A eso se sumó que la fiscal general de Nueva York, Laetitia James, ha abierto una investigación contra este «lobby», que incluyen diversos requerimientos judiciales de información contable, sobre su condición de entidad libre de impuestos. Además, el viernes se conoció que Maria Butina, una espía rusa, fue condenada a 18 meses de cárcel por tratar de infiltrarse en grupos conservadores, entre ellos, la NRA, para beneficiar a Rusia durante las elecciones de 2016.

Trump volcó ayer en Twitter su frustración con la crisis de la NRA, un apoyo clave en su ascenso al poder, y al que necesita a pleno rendimiento para su reelección el año que viene. «La NRA está siendo asediada por Cuomo y la fiscal general de Nueva York, que utilizan de forma ilegal el aparato legal del estado para tumbar y destruir a esta importante organización», dijo sobre el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y James. Pero también criticó a la propia NRA: «Tiene que espabilar rápidamente, parar las luchas internas y recuperar su grandeza, ¡rápido!».

Trump ha mostrado desacuerdos con la NRA, por ejemplo, con la promoción de la comercialización masiva de impresoras 3D que producen pistolas de plástico. «No tiene mucho sentido», criticó el año pasado. Pero, cuando llegue el fragor de la batalla electoral, Trump necesitará una NRA fuerte. Parte de su mensaje en 2016 era que si él no ganaba, los demócratas eliminarían el derecho de llevar armas. Sin embargo, en las elecciones legislativas del año pasado, los grupos que promueven el control del acceso a armas ya gastaron más que la NRA y las actuales luchas fratricidas podrían debilitar todavía más su influencia.

Abc

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