A pesar del auge de la alimentación saludable y la lucha que desde hace décadas encabezan las las comunidades campesinas del mundo para lograr la soberanía alimentaria —poder elegir cómo producir alimentos y qué comer—, aún se está lejos de que 'lo natural' llegue a la mesa de todos. Sin embargo, en los supermercados cada vez más se ven etiquetas de alimentos 'orgánicos' y 'ecológicos'. ¿Cuáles son las principales diferencias entre uno y otro?

Se rotula como 'ecológicos' o 'eco' a aquellos productos que fueron cultivados únicamente con fertilizantes naturales, que no tienen rastros de pesticidas ya que las plagas se controlan con otros productos y procesos; estos productos tampoco pueden estar modificados genéticamente. Estos productos son generalmente bastante más caros.

Las mismas características las cumple un producto con la etiqueta de 'orgánico', 'biológico' o 'biodinámico', en definitiva, son aquellos productos que surgieron de cultivos responsables con el medio ambiente y la salud humana.

Al final de cuentas… pareciera que los sellos son una cuestión meramente administrativa. De todas formas, según las reglamentaciones de cada país, pueden variar los rotulados, por ejemplo, un producto biológico podría ser aquel que no fue modificado genéticamente pero sin embargo podría haber sido cultivado con fertilizantes artificiales y pesticidas.

A simple vista otra de las aristas de este tipo de prácticas agrícolas podría parecer una contradicción: un producto ecológico puede ser, también, industrial. Mientras cumpla con las especificaciones de las reglamentaciones, los productos pueden ser producidos en grandes plantas, bajo miles de metros cuadrados de plástico.

Según el estudio Las huellas de carbono de la producción alimentaria, la agricultura ecológica, la industrializada convencional y otras formas integradas suponen, a medio plazo, la misma huella de carbono. Esto nos sitúa en una tesitura incómoda ya que algunos productos cultivados y gestionados al estilo tradicional, pero sin cumplir con el sello de ecológico, pueden ser más "ecológicos" que los propios alimentos orgánicos.

Por el momento, queda claro que hacen falta investigaciones que avalen las premisas por las que surgieron los etiquetados de orgánico y ecológicos. Los rótulos sólo servirán para marcar un producto más caro, que podríamos catalogar de "gourmet", pero que no cumple con las promesas de los cultivos responsables…

Sputniknews

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