Muere Agnès Varda, pionera del cine francés y máximo exponente de la «nouvelle vague»

  30 Marzo 2019    Leído: 518
Muere Agnès Varda, pionera del cine francés y máximo exponente de la «nouvelle vague»

Filmó en 1955 «La Pointe courte», cinco años antes de que Jean-Luc Godard estrenase a «À bout de souffle». La directora ha fallecido a los 90 años.

Antes de instalarse, en vida, en la tierra celeste de las leyendas, Agnès Varda (1928 - 2019), fue una fotógrafa, documentalista, directora de cine y artista plástica, pionera en sucesivos movimientos renovadores de la cultura visual francesa.

Fallecida la madrugada del jueves al viernes, Varda era la penúltima superviviente de la Nouvelle Vague, la gran escuela que cambio el rumbo de la historia del cine francés, influyendo en cierta medida en el nuevo cine norteamericano posterior a los años 60 y 70 del siglo pasado.

Varda dirigió «La Pointe courte» (1955) cinco años antes que Jean-Luc Godard realizase «À bout de souffle» (1960). La Nouvelle Vague nació entre esas dos películas. Muerta Varda, Godard es el último «mohicano» de un movimiento en el que participaron François Truffait, Éric Rohmer, Claude Chabrol, Jacques Rivette, Alain Resnais, Louis Malle y Jacques Demy.

Como Louis Malle, Varda fue una inmensa documentalista, que trabajó en campos muy diversos y aparentemente «distantes», del Vietnam y los Black Panthers al universo mucho más «estetizante» de Jacques Demy, su esposo y cómplice.

Una fuerza inagotable
Entre sus seis largometrajes, «Cléo de 5 a 7» quizá sea su película más famosa. Varda oscila siempre entre la crónica visual próxima al documentalismo y la visión poética de una realidad fugitiva. Sus cortos y telefilms abrían muchos mundos casi siempre mal explorados.

Tras una carrera consagrada a la fotografía, el documentalismo y la realización cinematográfica, Varda decidió descubrir nuevos territorios artísticos, a través de las artes plásticas, proponiendo instalaciones donde siempre se cruzan iluminaciones plásticas «tradicionales» y apariciones visuales de la tradición fotográfica.

Mientras el resto de sus compañeros de generación y «escuela», realizaron obras esencialmente cinematográficas, Agnès Varda prefirió ser «infiel» a todas las disciplinas artísticas en las dejó una huella propia. Para ser siempre muy fiel a su vocación íntima y primera: la cronista visual de una Francia que desaparecía, con los hombres y mujeres de su generación, sembrando las tierras vírgenes de las nuevas culturas visuales de quienes son ya sus herederos.

Abc


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