La denuncia que un chofer del autobús de la línea 'Transpaís' hizo en la ciudad de Reynosa (Tamaulipas, frontera norte de México) despertó todos los fantasmas de las masacres impunes que se han cometido en esa zona de México —y en otras- contra migrantes en tránsito hacia EEUU.
Sin embargo, el tráfico de migrantes en el país es cotidiano y sucede gracias a un "entrelazado entre las autoridades corruptas y el crimen organizado", un lazo "que no va a ser nada fácil romper" dijo a Sputnik, Ruben Figueroa, experto en la ruta migrante hacia EEUU.
"Hasta el momento no ha habido cambios de la cuarta transformación [en referencia al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador] en las rutas migratorias", dijo Figueroa a Sputnik.
Desaparecidos en Tamaulipas
El jueves 7 de marzo, entre las 12 y la una de la tarde, luego de haber atravesado el puesto de revisión militar llamado 'la Coma' una media hora antes, cuatro camionetas con hombres armados detuvieron al autobús 'Transpaís', subieron encapuchados y bajaron a 22 hombres —primero se dijo que habían sido 19- que se llevaron en sus camionetas.
El chofer siguió hasta su destino con la mitad de su pasaje y, al llegar a la terminal de Reynosa, hizo la denuncia ante policías judiciales. A las dos de la tarde, llegó el aviso a la Policía Federal, que recorrió la zona sin éxito.
Para cuando se supo lo sucedido, el presidente de la República sostuvo que se trataba de migrantes y que lo denunciado era una "nueva manera" de entrar a EEUU. Cinco días después del hecho, el 12 de marzo, el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, reforzó esta idea al sostener que la hipótesis principal del Gobierno era que los secuestrados "habrían contratado a polleros", es decir, a personas que se dedican a traficar migrantes indocumentados.
Sostuvo que "los sujetos armados llevaban una lista de las personas que bajaron de la unidad", según informaciónproveniente de Seguridad Pública de Tamaulipas, actualmente a cargo de un contralmirante de Marina en actividad, Augusto Cruz Morales.
El martes 19 de marzo, el subsecretario de Gobernación a cargo del tema migratorio, Alejandro Encinas, dijo que las 27 personas —ya no 22 ni 19- habían sido halladas en Reynosa, sin dar más detalles del asunto. No especificó qué había sucedido con esos migrantes ni con los presuntos responsables de su reclusión en una "casa de seguridad" en esa ciudad.
"El Estado tiene que dar cuentas de este caso y esclarecer totalmente el hecho. No se puede decir que fueron traficados y ya. Para las organizaciones y defensores de derechos humanos que hemos denunciado las condiciones de la migración en México, estas personas fueron desaparecidas", analizó Figueroa.
Sostuvo que es importante considerar cómo media hora antes de ser interceptado en la ruta, el autobús pasó por un puesto de revisión militar sin que notaran nada irregular: "Este es el fondo del asunto, lo grave aquí es que no se dieron cuenta que estas personas eran víctimas de tráfico", analizó Figueroa.
"Traficados o secuestrados los migrantes siguen siendo vulnerables y es el claro ejemplo de que las políticas migratorias del país están mal", agregó.
La clandestinidad que alimenta el tráfico
El aparatoso episodio y la extraña explicación de que se trató de una manera "de entrar en EEUU" no es la forma más común en la que la gente cae en redes de tráfico. Estas organizaciones les ofrecen pasar por México a salvo de la represión institucional y de la violencia organizada.
La política migratoria del nuevo Gobierno de López Obrador apenas brindó visas humanitarias durante un mes (vigentes un año) a 12.000 personas. Una pequeña proporción si se tiene en cuenta que cada año ingresan a México entre 400.000 y 500.000 personas como parte del movimiento migrante mesoamericano.
"Fue un maquillaje", dijo Figueroa a Sputnik, "y por otro lado fue una medida reaccionaria" para cortar las Caravanas de migrantes y disolverlas, opinó el experto.
"Los migrantes se volvieron a reagrupar y continuaron transitando el país, precisamente por la violencia que ha habido de forma permanente durante muchos años en este país hacia ellos", sostuvo. A todos los centroamericanos se les exige una visa para entrar a México, que prácticamente nadie consigue, por lo que la entrada irregular es la opción para miles de personas diariamente, que tienen a la clandestinidad como única opción", indicó.
"Seguimos viendo detenciones masivas de personas migrantes traficadas en tráilers o la tragedia de ese accidente, en el que 23 personas guatemaltecasmurieron, o el caso de Tamaulipas. Ante esta situación, las medidas deben ser profundas", sostuvo en diálogo con Sputnik.
Para Figueroa, experto en el tema migratorio, los riesgos del camino son producto de la política represiva que se implementa en México, donde los migrantes son perseguidos y criminalizados, y son empujados a las aguas turbias de la clandestinidad.
"Se tiene que frenar eso primero para que pueda entrarse con una nueva política migratoria y romper las estructuras del crimen organizado, que violentan los derechos humanos desde fuera y desde dentro del Estado mexicano", sostuvo la fuente.
"No se puede tratar el tema migratorio en México con recomendaciones y exigencias de EEUU, cuya política va en contra de los derechos de las personas migrantes de todo el mundo. Ir de la mano sería totalmente contradictorio", concluyó.
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