Ucrania, dos veces ganadora de Eurovisión, no participará este año en el famoso festival de la canción. Tras una gran polémica con Maruv, la ganadora del concurso con el que los ucranios elegían a su representante y que terminó vetada por su relación con Rusia, la empresa pública de radiodifusión (UA-PBC) del país ha decidido que no concurrirá. Así lo ha anunciado este miércoles. La cadena pública había exigido a la estrella pop una serie de requisitos posteriores a su designación, entre ellos que anulara los conciertos que Maruv tenía previstos en territorio ruso. Al no llegar a un acuerdo, la UA había considerado que Maruv no cumplía los requisitos para ser su "embajadora cultural".
Kiev y Moscú viven una grave crisis desde que hace cinco años Rusia se anexionó la península ucrania de Crimea; conflicto que es una guerra abierta en el Este de Ucrania con más de 13.000 muertos, donde el Kremlin respalda a los separatistas prorrusos.
A Kiev no le quedaban muchas opciones. Y al final ha optado por cortar de raíz. Después del veto a Anna Korsun, conocida como Maruv, el trío Freedom Jazz —que había quedado en segunda posición—, el grupo pop KAZKA —los terceros—, y Brunettes Shoot Blondes —los cuartos elegidos por los espectadores—, rechazaron la oferta de la cadena pública. Declararon que tras el escándalo no irían al Festival, que este año se celebra en mayo en Tel Aviv. La situación ha provocado las durísimas críticas de la empresa pública de radiodifusión Ucrania, que asegura que se ha producido una "politización excesiva" de concurso nacional. Además, desaprueba los vínculos de los grupos musicales con Moscú. Muchos artistas ucranios son muy famosos en Rusia. Algunos siguen actuando allí, aunque casi todos sin pronunciarse sobre el conflicto. Afirman que están fuera de la política.
"El concurso musical es una oportunidad para que cada país se signifique en el ámbito internacional y para que cada intérprete actúe como embajador de su país y gane partidarios en todo el mundo", dice la empresa pública de radiodifusión de Ucrania en un comunicado. "Sin embargo, la selección nacional de 2019 reveló y atrajo la atención de nuestra sociedad al problema sistémico de la industria de la música en Ucrania: las conexiones de artistas del mundo del espectáculo en el territorio del estado agresor, que aún están muy cerca en el quinto año del conflicto militar. Para una parte de la sociedad, este hecho es aceptable, en la otra parte causa indignación y rechazo", sigue el comunicado de la UA-PBC.
Maruv, de 27 años, que había ganado el concurso nacional con la pegadiza y sensual Siren Song , en inglés, aseguró que había estado dispuesta a renunciar a sus espectáculos en Rusia. Pero que otros requerimientos —entre ellos ser especialmente cuidadosos al tocar el tema de la integridad territorial de Ucrania o al hacer declaraciones públicas que pudieran dañar la imagen del país en la arena internacional— equivaldrían a "censura" y a hacer "propaganda política". Además, acusó a la emisora pública de robarle la victoria.
El escándalo de este año se suma a otros anteriores entre Rusia y Ucrania a cuenta de Eurovisión. En 2016, la cantante ucrania Jamala ganó el concurso internacional con una canción titulada 1944, en alusión a las deportaciones de los tártaros de Crimea por parte de Stalin. Un año después, cuando cuando Kiev fue sede del festival vetó a la representante de Rusia porque había actuado en Crimea —cuya anexión viola el derecho internacional, según la UE o EE UU, por ejemplo— sin el permiso del Gobierno ucranio. Moscú respondió boicoteando el festival.
Elpais
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