Menos sueldo, consultas masificadas y horarios eternos: por qué no hay pediatras en España

  25 Febrero 2019    Leído: 817
Menos sueldo, consultas masificadas y horarios eternos: por qué no hay pediatras en España

Consultas cargadas de virus infantiles y estrés. Toneladas de estrés encerradas en salas que no dan abasto. Jornadas de siete horas que muchos días deben cundir como lo harían 14 horas para atender a los pequeños pacientes de dos y a veces tres consultas. "Trabajamos a destajo, no cobramos por asumir el trabajo de los compañeros cuando faltan y nuestros sueldos son muy inferiores a los de otros países de Europa", cuenta a este periódico R.J., una médico de atención primaria que lleva cinco años cubriendo el servicio de pediatría en un centro de salud madrileño.

Al igual que ella, otros galenos sin la especialidad se encargan de responder a las necesidades de la población con edades comprendidas entre los 0 y 14 años. Concretamente, suponen el 25,1% de las plazas de pediatría en atención primaria, según indica una encuesta realizada por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). En algunas ciudades, el porcentaje asciende al 48,97%, como en Islas Baleares. En cuanto a ciudades, Huelva (58%), Almería (56%) y Ciudad Real (50%) son las que peor puntuación muestran.

"El problema es que no hay pediatras que quieran venir a los centros de salud", explica Concha Herranz, presidenta de la Asociación de Médicos que ejercen en Atención Primaria Pediátrica (AMAPED). "Prefieren los hospitales porque las condiciones laborales aquí son peores. Cobramos menos, no tenemos guardias con las que completar nuestros sueldos, no tenemos oportunidades de investigación ni docencia y asumimos sobrecarga de trabajo sin coste para la Administración". A esto, se suman los turnos de tarde (de 14h a 21h), que son los que "nadie quiere por las dificultades que implica para la conciliación familiar". Y por si fuera poco, tener que cubrir zonas rurales, lugares remotos o alejados de grandes núcleos poblacionales reduce aún más el escaso atractivo que pudiera quedar inherente a estas plazas.

Gracias a todos y cada uno de estos puntos negros, sólo el 29% de los residentes (MIR) de Pediatría elige como destino profesional los centros de salud, tal y como señala otra encuesta realizada por la AEPap. En algunas zonas, incluso las plazas hospitalarias quedan desiertas de pediatras, tal y como relata el jefe de servicio del Hospital Can Misses, Bartolomé Bonet. "Ante patologías muy específicas, muchos hospitales comarcales se ven obligados a derivar a los afectados a centros de referencia, que pueden estar a horas de distancia en coche, o tener que ir en barco o en avión".

Ante este déficit de especialistas que lleva años dando quebraderos de cabeza en los centros de salud, ¿quiénes cogen el testigo para atender a la población infantil que se queda huérfana de pediatras? Fundamentalmente, los médicos de familia. "Nuestra titulación oficialmente nos permite trabajar en atención primaria pediátrica", argumenta la doctora Herranz. En el centro donde ella trabaja en la Comunidad de Madrid hay cinco plazas de pediatría, dos de mañana y tres de tarde. En este último turno, dos quedaron vacías y sin novio, por lo que ella y otro médico de cabecera se hicieron cargo para que continuaran abiertas a sus pequeños pacientes. "Llevo más de 12 años dedicada sólo a pediatría y todo comenzó por petición de la propia Administración", subraya.

En una situación parecida se encuentra Javier Martínez, un reconocido médico muy activo en las redes sociales y volcado en la educación y promoción de la salud en los niños. "Llevo 35 años dedicado a esta parte de la población y 12 años en la misma plaza de pediatría en Paracuellos del Jarama (Madrid). Durante este tiempo, ha habido tres concursos de traslado y una convocatoria de la plaza, pero nadie ha pedido mi puesto nunca". Y en su reflexión, continúa: "¿Quién va a venir a Atención Primaria, de 14h a 21h, por escasos 1.000 euros, con 2.000 pacientes en cartilla cuando se recomienda entre 800 y 900 y consultas diarias de 50 y hasta 60 personas [lo recomendable son unos 24 pacientes]?".

A día de hoy, remarca su colega Herranz, "la atención primaria pediátrica se sostiene porque estamos nosotros". Sin embargo, para los pediatras, esta no es la solución. Sin intención de declarar una guerra, insisten en defender su especialidad. En palabras de María José Mellado, presidenta de la Asociación Española de Pediatría (AEP), "es una disciplina imprescindible para asegurar la salud de los menores. Hasta el final del periodo de desarrollo, un niño necesita una atención experta basada en una formación concreta ajustada a sus necesidades".

Con humildad, Javier Martínez reconoce que los menores de 14 años "no son adultos bajitos" y su atención médica tiene ciertas especificidades. Por esta razón y por responsabilidad, «nos formamos a través del título de Médico Puericultor, cursos y congresos». Todo esto, financiado por ellos mismos.

A pesar de sus particularidades, la realidad es que uno de cada cuatro niños en nuestro país es atendido por un médico de cabecera y no por un pediatra, lo que supone alrededor de 1.627.968 niños sin especialista en Atención Primaria. Según los últimos datos recopilados por la AEPap, en todo el territorio español, hay al menos 62 plazas de pediatría vacantes en centros de salud, sin ningún tipo de médico, lo que supone unos 62.000 niños sin galeno asignado.

Entre las Comunidades Autónomas con más problemas para cubrir sus plazas destaca Madrid, con más de 18 plazas entre rurales y urbanas desocupadas, además de 13 reducciones de jornada sin atender, es decir, sin pediatra desde las 18 horas. También la Comunidad Valenciana, con 15 plazas vacantes y Castilla y León, con otras siete plazas vacías en zonas rurales de León y Burgos.

Las estadísticas lo confirman: ya no es un hecho aislado. "La pediatría en Atención Primaria está en peligro de extinción en España", asevera Concha Sánchez Pina, presidenta de la (AEPap). Sobre todo teniendo en cuenta que el 25% de los pediatras tiene más de 60 años y el 40%, más de 55. En palabras del vicepresidente de la AEP, Juan Ruiz-Canela, "se calcula que en los próximos 10 años, más de 1.000 profesionales se jubilarán".

Por este motivo, el pasado mes de septiembre, la AEPap y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) recogieron 220.000 firmas mediante la campaña Confianza y las entregaron al Ministerio de Sanidad, con el objetivo de que las administraciones se encarguen de "garantizar el derecho de todos los niños, niñas y adolescentes a tener un pediatra en los centros de salud". Para ello, sugieren algunas medidas como "incrementar las plazas MIR, mejorar las condiciones laborales y facilitar la conciliación de la vida profesional y personal", señala Sánchez Pina.

Como explica R. J., "creo que de las primeras cosas que habría que hacer es adecuar el tamaño de los cupos y el número de consultas diarias. Nunca salgo a mi hora (21h). La administrativa se queda conmigo hasta que termino de ver pacientes para cerrar el centro".

La media de niños por pediatra de Primaria es de 1.162 en Madrid, 1.139 en Cataluña y 1.113 en Baleares. También es superior al millar en Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía. "Los pediatras deberían tener menos de 1.000 niños asignados para asegurar que el profesional dedique suficiente tiempo a cada uno. Esta masificación es incompatible con una buena calidad asistencial", subraya la especialista de la AEPap. Este es uno de los elementos clave por los que "los pediatras prefieren los hospitales, las compañías privadas y muchos deciden irse al extranjero".

Junto a las mejoras de las condiciones laborales, oportunidades de formación e investigación o el apoyo de personal de enfermería especializado (casi nulo es regiones como Andalucía), la retribución es otro de los puntos cardinales. Para empezar, puntualiza Ruiz-Canela, "debería compensarse económicamente el trabajo extra que asumimos cuando un compañero falta" o recuperar la política de sustituciones, cuya tasa en la actualidad es muy baja, menor del 25% en La Rioja, Murcia, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cantabria, Navarra, País Vasco, Extremadura, Canarias y Andalucía.

Por otro lado, agrega el experto, "no cobramos lo mismo según la comunidad autónoma en la que ejerzamos". Un informe de la Organización Médica Colegial indicaba hasta 1.853 euros de diferencia al mes entre algunas autonomías. Y si se compara con los sueldos de médicos de fuera, España se sitúa por detrás de países como Italia y sólo por encima de Chile, Grecia o Estonia, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Los miembros de la Asociación Española de Pediatría lo tienen claro: "Los niños deben ser atendidos por el profesional que ha recibido la formación específica. Los que mejor conocemos los problemas del recién nacido, durante la lactancia, la infancia y la adolescencia". En este sentido, el Grupo de Pediatría Basada en la Evidencia de la AEP realizó una revisión sistemática para analizar qué medico es el más adecuado para impartir los cuidados en salud a niños en atención primaria en los países desarrollados. Y ahora lo acaba de actualizar María Aparicio, pediatra de Atención Pediatra en Madrid, basándose en 1.150 artículos médicos de bases internacionales de 2009 hasta 2018.

Más vacunas y menos antibióticos
En los países desarrollados, concluye Aparicio, "los pediatras dan lugar a un menor consumo de medicamentos, como antibióticos [el uso inadecuado de estos fármacos aumenta el riesgo de resistencias bacterianas] y psicofármacos, unas mejores coberturas vacunales, mejor manejo de la obesidad infantil, mejor aplicación de las diferentes actividades de detección precoz de enfermedades [ser pediatra se asocia con un diagnóstico más precoz de la leucemia] y un menor uso de pruebas diagnósticas". Muchas de estas situaciones, continúa la experta, "no sólo suponen un menor trastorno para el paciente, sino también un importante ahorro económico y de recursos sanitarios".

Aunque los médicos de AMAPED aseguran que no hay ningún estudio serio que avale las diferencias de desempeño entre pediatras y médicos de atención primaria pediátrica, para Sánchez Pina no hay discusión: "La salud de la población infantil es muy importante porque asegura un mejor estado de salud en la edad adulta, lo que a la larga supone un menor coste económico y una mejor calidad de vida de la población". Por lo tanto, "mantener la figura del pediatra en Atención Primaria debería ser una prioridad. Somos los mejor formados". Para ello, sería conveniente que las administraciones tomaran conciencia e implantaran medidas con las que hacer más atractiva una especialidad "a la que no debemos renunciar en Atención Primaria. Debemos aspirar a tener la mejor atención posible para los más pequeños", concluye Ruiz-Canela. Puede que ahora que la ministra de Sanidad se ha comprometido a "relanzar" la relevancia de Atención Primaria en general, se pueda afrontar el déficit de pediatras en los centros de salud.

Elmundo 


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