Casi todos los bebés presentan un volumen de tejido cerebral anormalmente bajo, dando la impresión de que sus cráneos están `arrugados`. A juicio de médicos esto se debe a la atrofia cerebral progresiva y la compresión de este órgano.
En total, los médicos han estudiado 17 embriones y bebés infectados con virus del Zika, y 28 embriones sospechosos de infección. El estudio se llevó a cabo mediante resonancia magnética fetal, tomografía computarizada de la cabeza y, en algunos casos, ecografía.
"Las imágenes médicas son un requisito obligatorio para la detección y el diagnóstico de los cambios estructurales asociados a la infección, especialmente en el sistema nervioso central", señala la autora principal del informe, Fernanda Tovar-Moll.
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