La agresiones sexuales ocurridas en los pasados Sanfermines, en las que se registraron cuatro denuncias por violación y siete por abusos, han multiplicado las campañas de prevención y las medidas de seguridad en todas las fiestas multitudinarias que se celebran en España.
Es el caso de la Tomatina, declarada fiesta de interés turístico internacional, que reunirá el próximo miércoles, 31 de agosto, a 22.000 personas en Buñol (Valencia) para lanzarse 160.000 kilos de tomates durante una hora. La localidad, de 10.000 habitantes, duplica su población en esta fecha, cuando el 60% de los turistas que recibe son extranjeros.
Pero este año, los asistentes a esta famosa "batalla de tomates" se encontrarán con una campaña de sensibilización contra las agresiones sexuales y un refuerzo de las medidas de seguridad que pretenden evitar episodios de violencia sexual como los que enturbiaron la imagen de las fiestas de San Fermín.
De hecho, hace cuatro años, en 2012, una joven de 19 años que había acudido a disfrutar de la Tomatina denunció una violación al término de la celebración y la Audiencia Provincial de Valencia condenó al agresor a siete años de cárcel por un delito de agresión sexual.
"No es no", la campaña de sensibilización
"Nuestro pueblo tiene que ser un ejemplo de disfrute en contraposición a la barbarie", dice el Consistorio en un comunicado en el que anuncia que "va a mantener una actitud de tolerancia cero" contra la "violencia de género, los abusos machistas y cualquier tipo de violencia hacia otro colectivo de especial vulnerabilidad".
"No podemos permitir que se aprovechan las fiestas locales para vulnerar los derechos de las personas", indica.
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