La nueva Cámara de Representantes de EE.UU., surgida de las elecciones del pasado noviembre, eligió el jueves a sus autoridades. La nueva presidenta es Nancy Pelosi, del Partido Demócrata, que ha recuperado la mayoría que perdió en las elecciones de 2010.
La dirigente, de 78 años, ya había desempaño el mismo puesto entre 2007 y 2011, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo. Desde su posición, combatió las políticas del entonces presidente George W. Bush en sus últimos años de mandato. Además, Pelosi fue una opositora a la política intervencionista del republicano y votó en contra de la invasión de Irak en 2003, al igual que había hecho en 1991 durante la Guerra del Golfo.
La nueva presidenta de la Cámara de Representantes también acompañó a Barack Obama en el inicio de su primer mandato. Durante ese período fue una de las artífices de la aprobación del programa médico conocido como 'Obamacare'. Esta iniciativa ha sido una de las más criticadas por el actual presidente estadounidense, Donald Trump. De hecho, el pasado diciembre, ante un pedido de funcionarios de su partido, un juez lo declaróinconstitucional.
Por todo eso y por su posición abiertamente liberal en defensa de las disidencias sexuales y a favor del aborto, los republicanos no la ven con buenos ojos. "¿Pueden imaginarse a Nancy Pelosi como presidenta de la Cámara de Representantes?", preguntó el mandatario estadounidense a los asistentes durante un mitin previo a las elecciones de mitad de mandato, celebradas en noviembre. "¡Por favor no me hagan eso!", se respondió.
Y es que liderar esa instancia supone ocupar el tercer puesto más importante de la política estadounidense, solo por detrás de los cargos de presidente y vicepresidente. De esta manera, en los hechos, la demócrata será la principal figura de la oposición contra Trump hasta que comience la campaña electoral de 2020.
El cierre del Gobierno y el 'impeachment' a Trump
La primera tarea de Pelosi será buscar mecanismos que destraben la aprobación del presupuesto, donde los dos principales partidos debaten por el dinero destinado a la seguridad fronteriza y, sobre todo, el muro.
Mientras que Trump y los republicanos exigen 5.000 millones de dólares para este ítem, los demócratas han señalado que no votarán uno superior a los 1.600 millones. De hecho, estos últimos sancionaron este viernes una ley (que seguramente será vetada) donde se asignan 1.300 millones para "cercas fronterizas" y otros 300 millones para medidas diversas de seguridad como cámaras y otras técnicas de vigilancia.
La paralización de los presupuestos ha llevado a un cierre parcial ('shutdown') de la administración pública desde el pasado 22 de diciembre, provocando que distintas oficinas no funcionen y sus empleados no puedan cobrar sus salarios. En concreto, la medida implica el cierre tanto de los servicios públicos como de las agencias estatales no esenciales. Esto ha sucedido en EE.UU. 19 veces desde 1976.
Además, Pelosi tendrá en sus manos la posibilidad de impulsar la investigación contra la Administración Trump por la denuncia de la presunta influencia rusa en la campaña que llevó al magnate a la Presidencia. No obstante, la demócrata se ha manifestado en contra del 'impeachment' al mandatario estadounidense, un proceso que podría suponer su destitución, al menos hasta que avance la investigación del fiscal especial Robert Mueller.
Más de tres décadas de trayectoria
Pelosi ocupa una banca por San Francisco, California, desde 1987 de manera ininterrumpida. Es una de las políticas con más experiencia en el Congreso y líder de su partido desde 2003.
Nació en 1940 en Baltimore, estado de Maryland, aunque más tarde se mudó con su esposo a San Francisco, donde tuvo cinco hijos y nueve nietos. Allí comenzó su carrera política primero como voluntaria y en 1976 trabajó para la campaña presidencial del gobernador de California, Jerry Brown. Este perdió las primarias del Partido Demócrata contra Jimmy Carter.
Ya en 1981 Pelosi se hizo con la presidencia del partido en California, y en las elecciones legislativas de 1986 fue la responsable nacional de finanzas de la organización. Un año más tarde llegó al Congreso y desde entonces mantuvo su banca.
No obstante, tuvo que enfrentar resistencias internas para volver a ser presidenta de la Cámara de Representantes. Dieciséis congresistas de su partido firmaron en noviembre una carta oponiéndose a su postulación y exigieron una renovación. De todas formas, finalmente logró imponerse con el respaldo de la mayoría de sus partidarios.
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