"El intento de imponer reglas a otros [países] en una era de conocimientos, comunicación y expansión de las habilidades no solo es inmoral, sino que está condenado al fracaso", señala Sachs.
El experto cita como ejemplos los casos de Irak, Libia o Siria, "cuando el presidente [Barack] Obama dijo: "Asad debe irse" y le ordenó a la CIA conspirar con el Gobierno saudí para derrocar al presidente sirio".
"Eso no resultó muy bien, porque el Gobierno sirio tiene amigos —Rusia, Irán— que lo defendieron y aunque EEUU estaba allí tratando de desestabilizar lo que ocurrió, sin ninguna sorpresa, fue una catástrofe: una invasión de armas y yihadistas hacia el pequeño país, violencia y la salida de millones de refugiados", explica.
Sin embargo, el experto lamenta que a pesar de estas evidencias los políticos estadounidenses sigan ignorando las graves consecuencias que provoca el deseo de EEUU de erigirse como el policía del mundo.
"Los políticos estadounidenses a menudo no lo entienden porque el instinto es: 'Somos excepcionales. Estamos al control. Tenemos que decidir quién está en el poder'", afirmó.
Sachs además responsabiliza a los medios y los periodistas estadounidenses por perpetuar este enfoque.
"Lean nuestro periodismo. Editorial tras editorial The Wall Street Journal dice: ¡Cambien ese régimen!" señala el experto, al tiempo que se pregunta "¿Qué tipo de política exterior es esa en la que EEUU tiene que decirle a otros países que tipo de Gobiernos deben tener?".
Y termina respondiéndose a sí mismo: "Bueno, es una política exterior condenada al fracaso".
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