La torre inclinada de Pisa (Italia) podría perder su principal atractivo, según una investigación publicada esta semana por un grupo de profesores de la Universidad de Pisa que durante más de 17 años han estado vigilando la obra arquitectónica, informan medios locales.
Según sus labores de monitoreo, controladas minuto a minuto, la torre parece enderezarse con el tiempo: pasando de 5,5 grados de inclinación a 5. "Es como si el campanario se hubiera rejuvenecido durante casi dos siglos", afirma Salvatore Settis, integrante del proyecto.
¿Por qué?
De acuerdo con los expertos, en dos décadas el famoso ícono italiano ha perdido cerca de cuatro centímetros de inclinación y parece estar más estable de lo esperado. Nunziante Squeglia, profesor de geotecnia y coautor del estudio, asegura que este fenómeno fue producto de la extracción de tierra bajo sus cimientos que se llevó a cabo entre 1999 y 2001 con el propósito de evitar su colapso.
Squeglia subraya que el proceso de estabilización se "desaceleró lentamente" con el tiempo, pero "aún está en marcha y durará".
"Estamos hablando de una variación de un milímetro, máximo dos por año. Todo esto no es visible a simple vista", puntualizó.
Construida a partir de 1174 en un terreno no especialmente adecuado, la torre de Pisa es uno de los monumentos más famosos del mundo y atrae a miles de turistas cada año. Su estabilidad siempre ha sido un misterio y, a pesar de sus siglos de vida y de numerosos terremotos, siempre ha permanecido en pie.
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