La salud de los caminantes rápidos empeora a menor ritmo que la de las personas que caminan más lento, sugiere un estudio de la Universidad del Sur de California cuyo resumen está publicado en MedicalXpress.
Según los investigadores, cuanto más rápido sea el paso de la persona, mejor será su salud. Este indicador podría ayudar a valorar el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares y trastornos del sistema nervioso central potencialmente mortales.
Cirujanos cardíacos han sugerido que también podría suponer una forma de identificar a pacientes que puedan tener complicaciones en la recuperación de una intervención quirúrgica.
La rapidez del caminar y la edad biológica
Asimismo, los médicos podrían usar la velocidad con que andan sus pacientes como uno de los indicadores para determinar su edad biológica, que puede ser muy diferente a su edad 'cronológica', sugiere el estudio.
La conclusión no es comenzar a caminar más rápido, no hay pruebas que demuestren que el aumento de la velocidad impacte automáticamente en la salud. Pero los especialistas recomiendan prestar atención a lo físicamente activo que se está.
Si la marcha de una persona se ralentiza, especialmente de manera significativa, ello podría indicar un empeoramiento de salud subyacente.
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