"Brasil es un pueblo donde todos conviven pacíficamente, no queremos problemas con nadie; no queremos levantar una polvareda que perjudique las relaciones que tenemos con todo el mundo", dijo el líder de la ultraderecha en una rueda de prensa desde su domicilio en Río de Janeiro.
El futuro presidente brasileño subrayó que no ve ningún problema en la transferencia de la embajada: "No es una cuestión de vida o muerte, tenemos todo el respeto por Israel y por el mundo árabe".
Bolsonaro también reiteró su intención de modificar la actual ubicación de la embajada de la Palestina en Brasilia, por considerar que está demasiado cerca del Palacio del Planalto (la sede del Gobierno).
"No debería de haber ninguna embajada en esa región; es una cuestión que vamos a analizar, lo que está claro es que nuestra seguridad debe ir en primer lugar", aseguró.
En entrevistas anteriores, Bolsonaro identificó a las autoridades palestinas con el terrorismo y aseguró que no era adecuado que hubiera una embajada en Brasilia porque si no las FARC de Colombia, guerrilla desmovilizada y ahora convertida en partido político, también iban a querer ese tipo de representación.
Bolsonaro recibió en su domicilio a los embajadores en Brasil de Estados Unidos (EEUU) y España, P. Michael McKinley y Fernando García Casas, respectivamente.
El presidente electo dijo estar en una "fase de luna de miel", e informó que la semana que viene recibirá al embajador de China, Li Jinzhang, y que pretende hacer negocios con todo el mundo, sin influencia ideológica.
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