¿Por qué cada vez más estadounidenses se hacen adictos a los opioides legales?

  29 Octubre 2018    Leído: 1194
¿Por qué cada vez más estadounidenses se hacen adictos a los opioides legales?

Pero ¿a qué se debe este fenómeno social? El hecho es que los pacientes son incapaces de renunciar al consumo de estos fuertes analgésicos, muy fáciles de obtener.

Según reveló a Sputnik Kevin, un neoyorquino de 25 años, "un médico me recetó vicodin después de que me arrancaran la muela del juicio". El hombre subrayó que "me quedé enganchado inmediatamente" a este analgésico opioide.

Sin embargo, cuando el médico se negó a incrementar la dosis, el joven se vio obligado a recurrir a los traficantes de drogas locales.

"Me llevó 3 años de rehabilitación para escapar este infierno y combatir la adicción", afirmó Kevin.

Por su parte, Kelly, una residente de Minnesota, reconoció que, pese a que solo necesitaba tomar analgésicos el día de la cirugía, el doctor le recetó un curso de una semana, "para que no tuviera que acudir al médico una segunda vez". Ahora la mujer tiene que pasar por un tratamiento a largo plazo.


¿Cómo y cuándo empezó esta epidemia de drogas, que mata a decenas de miles de ciudadanos estadounidenses anualmente?

Todo comenzó en la década de los 90, cuando las empresas farmacéuticas empezaron a promover en el mercado analgésicos opioides fuertes y, al mismo tiempo, baratos. Como resultado, los médicos empezaron a recetar estos medicamentos altamente adictivos a cada vez más personas para "facilitarle la vida a los pacientes".

"Muchos de ellos no pueden valorar el nivel de su dolor en una escala del 1 al 10. Algunos afirman tener un dolor de nivel 15 de los 10. En estos momentos, es imposible no recetarlo", explicó a Sputnik un médico estadounidense, que prefirió mantenerse en el anonimato.

Sin embargo, cuando los médicos se niegan a recetar más medicamentos de este tipo, los pacientes intentan obtener sustancias más fuertes, como heroína o fentanilo —una droga sintética más peligrosa que la morfina—. 


Una de las principales razones de este fenómeno es el alto costo del seguro médico, algo que obliga a una gran parte de la población a obtener medicamentos de bajo costo. En cuanto a los que tienen seguro, son capaces de gastar miles de dólares en analgésicos; sin embargo, a veces no se pueden permitir acudir a un médico especializado en problemas de adicción.

Pese a la política antidrogas del presidente Donald Trump, las autoridades estadounidenses reconocen que necesitarán mucho tiempo para combatir esta 'epidemia'. Por ejemplo, para el momento, solo diez estados del país norteamericano impusieron limitaciones para la duración de los tratamientos. 

Según los expertos, el Gobierno tiene que pagar por el tratamiento de los drogadictos, algo que contribuirá a la unificación de estándares de prestación de ayuda por todo el país. Asimismo, es necesario establecer la venta de antídotos contra las sobredosis de opioides, así como abastecer con estas sustancias a todos los agentes de policía.

Sin embargo, la guerra contra los opioides amenaza a las personas que sufren los dolores más fuertes —en particular, los diagnosticados con cáncer—, ya que, en caso contrario, se verán obligados a dirigirse a los narcotraficantes.


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