El huracán Florence se ha fortalecido y ha alcanzado la categoría 4. Sin embargo, las tormentas Isaac y Helene se han convertido en huracanes recientemente y, aunque aún no representan un riesgo inminente, son de todas maneras una amenaza latente en el océano Atlántico.
El Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. (NHC, por sus siglas en inglés) advierte que Florence está creciendo en tamaño y fuerza, con vientos máximos sostenidos de 220 kilómetros por hora. Se encuentra actualmente a 845 kilómetros sur-sureste de las islas Bermudas y avanza lentamente hacia la costa este estadounidense a alrededor de 20 kilómetros por hora.
"Los oleajes generados por Florence están afectando a las Bermudas y partes de la costa este de los Estados Unidos. Estas olas probablemente hagan peligrar vidas humanas", señala el NHC.
Por otro lado, Isaac, de categoría 1, más pequeño y de fuerza moderada, se desplaza con vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora hacia el Caribe y las Antillas Menores, en dirección a Venezuela, Puerto Rico y la República Dominicana.
Aunque aún existe incertidumbre respecto a su trayectoria, las alertas y la vigilancia se mantienen, ya que se espera un deterioro en las condiciones climáticas independientemente de su intensidad: olas de más de tres metros, intensas lluvias, tormentas eléctricas y fuertes vientos.
En el caso de Helene, de categoría 2, la tormenta se encuentra a 765 kilómetros de las islas de Cabo Verde, en la costa noroeste africana, y se desplaza con vientos máximos sostenidos de 165 kilómetros por hora. No obstante, los expertos pronostican que cambiará su curso actual y se dirijirá hacia el Atlántico central; en ese caso dejaría de representar un peligro para el continente americano.
"Se espera un movimiento hacia el noroeste con una disminución en la velocidad de avance hasta el final del martes, seguido de un giro hacia el noroeste y luego hacia el norte-noroeste el miércoles y jueves", destaca el NHC.
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