El consumo de cereales, raíces y tubérculos se mantendrá en el próximo decenio; la demanda de productos cárnicos se desacelerará y, en cambio, la de lácteos se expandirá, según el informe 'Perspectivas Agrícolas 2018-2027' de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
De acuerdo a estas organizaciones, "los cambios en los niveles de consumo de alimentos y la composición de las dietas harán que la 'triple carga' de la subalimentación, la sobrealimentación y la malnutrición persista en los países en desarrollo".
Unos rubros crecen, otros caen
Para la OCDE y la FAO, "la población será el principal motor del crecimiento del consumo para la mayoría de los productos, aunque se prevé una disminución de la tasa de crecimiento de la población".
Los cereales y semillas oleaginosas serán demandados para alimentos en regiones "con un alto crecimiento de la población, como África subsahariana, la India y la región de Oriente Medio y África del Norte".
Sin embargo, el principal destino de los cereales será para los piensos [alimento compuesto, elaborado para animales], cuya demanda, como hasta ahora, se mantendrá desde China.
Además, "se espera que la ingesta per capita de azúcar y aceite vegetal aumente en el mundo en desarrollo, ya que la urbanización en los países en desarrollo conduce a una mayor demanda de alimentos procesados y de fácil preparación".
En cuanto a las carnes y pescados, que habían tenido una demanda creciente por el aumento de los ingresos per capita en China, experimentarán una desaceleración, debido a la falta de requerimiento desde el país asiático y porque "las nuevas fuentes a escala mundial no son suficientes para mantener el crecimiento general".
Crecimiento agrícola y pesquero
Según la OCDE y la FAO, "la producción mundial agrícola y de pescado crecerá alrededor de un 20 % durante el próximo decenio, pero con variaciones considerables entre las distintas regiones".
Por ejemplo, se espera "un fuerte crecimiento" en África subsahariana, Asia oriental y meridional y la región de Oriente Medio y África del Norte; pero un crecimiento "muy inferior" en Europa Occidental.
Ese crecimiento se logrará —dice el informe— "principalmente debido a la intensificación y el aumento de la eficiencia, y en parte a la ampliación de la base de producción a través de la ampliación de la cabaña y la conversión de pastos en tierras de cultivo".
Las exportaciones netas aumentarán desde países y regiones que disponen de abundantes tierras, como el caso del continente americano.
Mientras, las importaciones netas aumentarán en países con densidades elevadas de población o alto crecimiento poblacional, "en particular en el Oriente Medio y África del Norte, África subsahariana y Asia".
Precios se mantendrán
De acuerdo al informe de la OCDE y la FAO, "se espera que los precios de los productos agrícolas básicos se mantengan bajos".
Explican que "después del brusco aumento de los precios de los alimentos de 2007-2008, las condiciones en los mercados agrícolas mundiales son ahora muy diferentes".
Hay una ralentización del crecimiento de la demanda en las principales economías emergentes, estancamiento del consumo per cápita de alimentos básicos y un nuevo descenso en tasas de crecimiento demográfico a nivel mundial.
"Se espera que el debilitamiento del crecimiento de la demanda se mantenga durante el próximo decenio.", enfatiza el texto.
En estas Perspectivas Agrícolas 2018-2027, la OCDE y la FAO señalan que "existen crecientes incertidumbres con respecto a las políticas de comercio agrícola y preocupaciones sobre la posibilidad de un aumento del proteccionismo a nivel mundial".
Recuerdan el papel importante que desempeña el comercio agrícola "para garantizar la seguridad alimentaria", por lo que insisten en subrayar "la necesidad de un entorno propicio para la política comercial".
Edgar Romero G.
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