Tabarca es la isla poblada más pequeña del mediterráneo y está situada a 8 kilómetros del puerto de Santa Pola, en la provincia de Alicante (en la costa oriental de España). Tiene un censo de apenas 60 habitantes, pero acoge a casi un cuarto de millón de turistas cada año, y la presión medioambiental que genera este flujo masivo de visitantes se está convirtiendo en una de las principales preocupaciones locales.
El asunto ya ha saltado a la esfera política. El partido nacionalista valenciano Compromís ha denunciado enérgicamente "el peligro de sobreexplotación estival" al que se expone la pequeña isla y prepara una serie de propuestas en el Parlamento regional para moderar la "presión turística" que sufre Tabarca.
Por otra parte, el último informe de la llamada Sindicatura de Greuges (que ejerce la función de defensor del pueblo a nivel autonómico), indica que de las 2.891 reclamaciones presentadas por habitantes y visitantes de la isla, 1.322 están relacionadas con el deterioro medioambiental derivado de la excesiva actividad turística.
La Subdelegación del Gobierno estima que entre el 15 de junio y el 15 de septiembre de 2017 más de 150.000 personas visitaron Tabarca (lo cual supone el 65 % del total de los 230.000 visitantes turistas que suele recibir al año).
La isla fue declarada reserva natural en 1986, precisamente para asegurar su sostenibilidad económica y medioambiental, pero los últimos datos ponen de manifiesto un incremento del 120% del máximo de turistas establecido, según denuncia Compromís. RT
Etiquetas: